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martes, 2 de febrero de 2010

DAVOS JA, JA, JA!

Andy Robinson
Corresponsal volante


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En Davos, es el status, estúpido
Andy Robinson 02/02/2010 - 23:57 horas
Davos es un microcosmos. Y, al igual que en el mundo fuertemente jerarquizado por renta, patrimonio y status en el que vivimos, uno nunca sabe si debería estar agradecido de estar allí contemplando la ida y venida de súper VIPs como George Soros, Bill Gates, Sergey Brin, o, al contrario, indignado.Porque, si en vez de la acreditación color marrón de reporting press -prensa meramente reportera- uno tuviera la acreditación azul celeste de media leader -líder de medios- uno no estaría con la cabeza inclinada y el teléfono pegado disimuladamente a la otra oreja, tratando de escuchar las conversaciones de los superprivilegiados, sino estaría hablando de igual a igual con ellos.Yo vi por ejemplo, el siguiente encuentro en al cafeteria de Davos. "¡Hi Maria! ¡How are yoooo!", dijo Jean Claude Trichet antes de dar dos besos a una María Bartiromo, la presentadora de CNBC que enamoró a Joey Ramone antes de que éste optase por suicidarse. Y Bartiromo, con su acreditación color azul de media leader triple X, charló con el banquero central durante al menos 10 minutos con gestos apasionados y susurros al oído sin que yo - en el otro lado de la barra con la cabeza inclinadísima - lograse entender de qué hablaban. El año pasado cuando yo, con mi acreditación color marrón , intenté hablar con Trichet, me respondió en ingles perfecto con su acento Frances. "¡Si soy el gobernador del Banco Central Europeo; no puedo hablar con los medios de comunicación!". Y, por mucho que las sesiones sobre "social skills" y sicología de gestión, -que siempre las hay en Davos-, enfaticen la importancia de hacer el primer contacto con el nuevo socio mirándole a los ojos , el primer contacto en Davos es siempre de ojos a tarjeta de acreditación. Un media leader -que puede entrar en todas las sesiones por el simple hecho de que su medio haya pagado 40.000 francos suizos al Foro Económico Mundial-, jamás va a mirarle igual a los ojos a un compañero una vez que ha visto que éste solo tiene una tarjeta marrón de prensa meramente reportera colgada del cuello. Pero, cuando te entra un ataque de nervios o un complejo de inferioridad , no tardas nada en controlarte. Porque siempre hay uno peor que tú. Y aunque yo tenía la acreditación color marrón podría haber siod aun peor. Algunos periodistas tenían tarjetas de acreditación en las que el nombre estaba subrayada con una franja negra como si un censor con rotulador permanente hubiese intervenido en el ultimo momento para añadir un estigma más.Así funciona Davos y así funciona el mundo, poblado de gente y países sometidos a la jerarquía férrea sin posibilidad de subir de categoría -ni los irlandeses lo consiguieron- pero infinitamente agradecidos de que - a diferencia de otros- no han caído aun más bajo. Y, cuando los reporteros meramente reporteros entramos en la galería por encima de la sala Congress (no nos dejaron entrar abajo pese a que estuviera medio vacío) para ver a José Luis Rodríguez Zapatero, Giorgios Papandreu y Valdis Zatlers de Letonia, compartir un panel, vigilados todos por el mismismo Trichet, me di cuenta de que está pasando lo mismo en la periferia de la zona euro que en la periferia de Davos. Tienes a países que son media leaders como Alemania y Francia que jamás participarían en una conferencia como a la de Zapatero y Papandreu. Luego tienes a lideres de países meramente periféricos como España, Grecia , Irlanda o Portugal. Grecia, es más, ya muestra la temida señal negra. Y Letonia ni tiene acreditación, como aquel corresponsal de un diario español hace unos años que tuvo que cubrir la cumbre desde la habitación de su hotel porque se negaron a darle acreditación.Para mi el gran mérito de Zapatero en Davos era a que no mirase la acreditación de Papandreu y Zatlers y -al ver que su color era algo mas sucio aún que el de la suya- optar por excluirse del panel. Otros sí habían aprendido el método Davos; el presidente de Polonia se ausentó del debate con los mediterraneos debido al mal tiempo (¡en los alpes!) y el primer ministro belga Yves Leterme fue un "no show". (Bélgica , por cierto tiene mas deuda pública que España). Los media leaders y otros españoles con acreditación de alto standing tanto en Davos como en Madrid se mofaron de Zapatero por cometer el error de comparecer con un político meramente griego. Pero, yo con mi acreditación marrón de prensa meramente reportera, valoré el gesto de solidaridad al compañero mediterráneo. Como dijo Papandreu "esta es una crisis no solo de Grecia sino de toda la zona euro". En la franja periférica, sometida a los ataques de los especuladores porque en Atenas se empeñan en comer albóndigas con perejil, berenjenas rebozadas y retsina en vez de Burger King, somos todos portadores de la acreditación color marrón feo. Hay un rayo de esperanza para la solidaridad en Davos: me consta que aquel pobre periodista que llegó a Davos sin acreditación salió del apuro gracias al compañerismo de sus colegas de otros medios que le pasaron por teléfono la información sobre lo que pasaba dentro.