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martes, 20 de octubre de 2009

Y?

Estoy de nuevo en Cusco que lo encuentro desértico y pelado. Una "amiga" se comunicó conmigo para decirme que hizo su estudio y que le haga propaganda. No se de que otra manera puedo serle útil. He recuyperado algo la velocidad, aunque ando medio herido por que estuve 9dentista. SOn cosas de la vida tan absurdas como inequñivocas. Hago esto solo para ganar tiempo ya que no le quiero regalar 6 minutos al del ciber.

viernes, 9 de octubre de 2009

ja!

La vida continua, que fácil decirlo pero, ¿y el libreto? Que pasa cuando no hay más líneas que seguir sea por que los hijos crecen los padres mueren, el amor se ha ido, o las ilusiones ordinarias se acaban. Muchos le echarán la culpa al magnesio, otros a lo oscuro del cielo, pero yo no le echo a nada la culpa, sin o a que sucede y punto.
He estado haciendo algunas cosas interesantes e interesadas y luego de aquello veo que ya no tengo más por que seguir viviendo, al menos eso digo ahora, y pasar al siguiente momento es saltar a una incógnita porque es el reino de la contingencia al no tener ni siquiera fuerza mis dedos para empujar el suave teclado de la computadora.
He buscado algunos placeres onanistas para compensar la insatisfacción permanente y se ha replegado toda la constancia a su expresión mínima. No siento muchas ganas de escuchar la música, la verdadera religión de la vida, y los colores me da igual si sean como en su cromatismo o los del un vulgar daltónico.
Confieso, no obstante, que incluso este decir es impuro por que la esperanza aún, como una muchacha inquerida se asoma de la esquina, a lo lejos, pero sin el poder de decir que las cosas mejorarán en cuanto a lo que es la definición del objetivo siguiente.

sábado, 3 de octubre de 2009

desarticulacion, peras y vino

Las peras del olmo se cansaron de no existir y empujaron el concreto como las flores de los años 70, aunque, y he aquí la perfección, de su soledad, desarticuladas de cualquier esperanza.
Tanto palabreo para mostrar esa desarticulada esperanza en la que la vida sigue, atrabiliaria y sin respuesta, pero más aún sin preguntas, coja y cansada de evadirlo todo con alguna que otra droga blanda.
Detesto la alta verdad, preiero la mediana, mejor si es chiquita que se acerca a la fantasía, que ya es fantasía verdadera, la que agujerea el tiempo para ingresar su hilo penelopezco en consideración a la chompa de esperanza trenzada para cubrir de tanto frío a la desarticulada esperanza.
Vivo en la desarticulación consentida, y esperanzadoramente escribo sin especular, en sentido de bolsa, la mínima ocasión anímica.
Física y a-dinerada la desarticulación organiza la claridad del día gris, extrañando el salir a los campos verdes y cielos cristalinos donde parece habitar la vida, aunque para ser sincero, solamente otra versión -más- de la desarticulada esperanza.
Mecanizo un poco y pienso en las peras del olmo y los hortelanos sin perros y configuro, pues, la convicción continua…y persiste la coincidencia. Un testigo de Jehová. Las verdades nunca paran, compiten entre sí, y somos las almas buscadas para equiparar los imperios. Le escucho. Soy su vecino. Sigo parado con la puerta seiabierta. Es la primera vez que alguien me atiende. No se, tal vez intuye que ando en un lío y necesito chuparle la vida para vivir. Me dice, tenga este librito, gratis, lo tomo. Abro una de sus páginas y habla de medicinas contra las desarticuladas esperanza.
Y digo, por la puta madre, si dios hizo con el pan vino ¡por que mierda los olmos no pueden dar peras!