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domingo, 26 de diciembre de 2010

LA TOALLA CELESTE


Desde este punto de vista solo hay dos alternativas. Si te importa o no te importa. Ustedes se imaginarán mi actitud. No paso por alto esas cosas. Se que algunos estarán en desacuerdo. Lo admito. Pero hay que dar a la incertidumbre un tratamiento en su mayor o menor urgencia. Siento el rostro acalorado. Sudo. Pero mantengo la calma. Mis pupilas auscultan cada detalle a mil alrededor. Siento lejanía. ¿Será el Perú?
Nunca he visto gente más zafia ni opuesta a lo básico. Si encuentras ese tipo de gente, simplemente te queda la duda de violar o no unas cuatro convenciones internacionales y dar pie a fondo en el botón rojo de las dictaduras y barbaries.
Son incorregibles, acabados, sólidos, pero peor que nada.. humanos.
No pudo detestar a gente ahora, pero si como Leónidas poner ese punto inevitable que es el de la dignidad y orgullo para considerar la posibilidad de ser más valiente, inteligente o hasta superior que estos cristianos incompletos.
Obviamente el único cristiano fue Cristo, pero hay incomplenitudes tan dañinas que, yo no se, a blandir palabras de Vallejo.


Pienso en la urgencia de este Perú, en sus ultrajes diarios, en la considerable estulticia de los mercados inculturales limeños, serranos o selváticos, me desespero atribuyendo razones a lo que es simplemente materia de cualquier estudio barato de psicología, por que no, una tesis de un acomplejado estudiante de san marcos que solamente entró a esa facultad para saltar, más adelante para ser “engendro”.
Si, veo mucho engenero y engendro dando doctas lecciones ontológicas. Debo hacer algo, s inevitable. No, no seré tampoco Von Aschemback que no se quería dar cuenta de lo que pasaba en la bubónica Plaza de san Marcos de Venecia. No, no es mi caso.
Pienso y disfruto realmente de este caos, e imposto mi desesperación, solamente doy lustre, grasa, movimiento a mi mente que no se cansa de saborear con la mirada este mar azul en esta costa griega con la frialdad de la copa resuelta con Vermont y su aceituna entre un bosque de muchachas cimbreantes de topless y sandalias brasileras. ¡Mozo, un blanco de blancos para la joven esa, la de la toalla celeste!

viernes, 24 de diciembre de 2010

ELLA DECIDIO

El tipo dijo “no pasa nada en Navidad” . Yo estaba igual. Mi mal querida esposa había llegado al punto de ser insoportable y, lo peor, para mí no era urgente ir en busca de otra muchacha. No me apetecía. Más bien me he transformado en un tipo medio misógino, por lo cual soy incelable.
Pero mi formación me deformó pensando en que uno debe estar en las buenas y las malas con los seres que uno ama. Esta vez dudé de todo ello y pensé ¿en qué va a terminar esto? Reflexioné en las mujeres horrorosas que conocí. La mamá de mi amigo Paco, que tenía sus arrebatos de histeria, y delante de todos solía fustigar a su ex marido, quien se aparecía, por el contrario, sonriente y simpático. Solo que cometió algunos errores. Tuvo otros hijos. Me imaginé a mi tía Antonieta, quien anciana, al borde de la locura, denunció por agresión a mi tío que es un santo. La policía llegó a la casa, lo pusieron a mi tío como un canalla. El pobre permitió que esto sucediera. Recordé otros casos como el de esas mujeres eficientes y envidiosas que solo tienen en su mente enanizar a los hombres.
Infelizmente para ella yo la he enanizado demasiado con una forma de trabajo diferente. He tratado de compartir co0n ella mis logros y, desde luego, a veces suelo dar en el blanco. Pero nno es mi idea competir con ella. Pero ella insiste.
No voy a soportar este tormento mucho tiempo, pensé al regresar de madrugada, con tragos y pocas ganas de decir Feliz Navidad. Ella me las había quitado.
Traté de conversar con el taxista, el dijo hacia adelante, “no pasa nada en Navidad”. No habían muchos clientes. Aceleró, cada vez más. Iba a 100 por Pershing. La velocidad máxima era la mitad. No sé porque pero en ese instante me sentí identificado con la velocidad y le dije. ¡Qué buena máquina! Invitándole a correr más. Así lo hizo. Recordando mis viajes en el TGV de Suiza miré cómo se disolvían las barandas del by pass sobre la avenida Brasil. Volaba.
Recordé la canción red ( http://www.youtube.com/watch?v=PfVD8n2yK5Y ) de King Crimson y fui haca adelante. Le pedí a ella que se haga a un lado, que no deseaba atropellarla. Y me detuve en seco y no encontré olor a pavo de Navidad sino una risa maculosa y vengativa, placentera y a la vez dolorosa de haberme arruinado el momento. No estaba feliz, yo tampoco, esa era su intención. Esa era la razón de su vida. Ella decidió ser una infeliz.

MEJOR SIN ELLAS

Normalmente los fines de semana su consultorio dental se volvía cantina. Estaba medio vencido, triste. Pero a la vez muy feliz de verme. Así parecía al tercer cuba libre. Hasta hacía minutos, por el contrario, yo andaba muy feliz. Acababa de llegar de viaje de Cusco. Fue un vuelo muy suave pese a que antes hubo tormenta.
Camino a la reunión tomé un taxi a quien le pagué lo que quería. En el camino escuché con placer algunos temas de los enanos verdes, realmente buenos. Iba con los brazos laxos y la satisfacción de haberme portado últimamente como un buen sujeto.
Tenía todas las intenciones de que aquella sea una magnífica Navidad.
Los cuatro camaradas que caímos en "el consultorio" reímos, bebimos, destapamos ideas inesperadas. El consultorio es algo sucio. Bueno, está instalado en un lugar sucio. El doctor ha puesto una máquina de gimnasio en la sala de espera. hace tiempo no echa cera al parqué. Tampoco lo barre con frecuencia. En la mesa hay revistas viejas, amarillentas, con restos de sudor humano, muy viejas. Vanidades, Somos, esas cosas inleíbles. Todo lo que hay allí es basura, excepto una National Geographic que años antes me la robó y recién me daba cuenta al vberla en su consultorio.
Poníamos a prueba nuestros reflejos para encajar cada ocurrencia con una réplica igual o más ingeniosa y divertida. George fue con una camisa fosforescente.
Siempre fuimos exigentes en la joda. Así es La Victoria. Picante.
Cuando se desviaban a ciertas oquedades -para nadie la vida es fácil- busque el valor en cada uno y vimos las cosas en perspectiva.
No busqué que salga el lado vencido que llevaban dentro. El negro estaba algo angustiado. Pero estaba entre señores. el debía ser un señor. Pero lo arruinó todo en el último instante.
Me pidió dinero. Luego se arrepintió. Sabía que yo sabía que la angustia lo llevaría finalmente en busca de droga. Era madrugada.
El crápula, que estaba medio tonto recordando las cosas que vivimos, buscaba el lado divertido, pero también los aspectos mediocres de todos. y fue cuando le dije que ninguno como él había llegado a ser un personaje literario por las cosas que le pasaban de inequívoco color novelesco. Es que el crápula es muy defectuoso y buen amigo.
Creo que estuve un poco grande. Y ese es un problema. Quieres solamente estar con gente de tu misma altitud. Me incomoda enanizar a la gente que no debe ser enana. Y mis amigos estaban algo enanos. Y si no, así se expresaban.
Cada quien llevaba algo de vencido pero a eso yo le puse el sello de trituradores de las trampas de la vida y haber llegado a un ahora del cual, con dinero o no, debían sentirse orgullosos como capitanes de su propia vida. Yo los respeto tanto.
Pero estaba tan positivo y desguarnecido que tuve la tonta idea de decirle a ella lo que pensaba hacer.
No esperaba que yo viaje de regreso a Cusco el 28. No creyó que era por trabajo.
Pensó que iba por "otros asuntos". Nadie le quitó la idea. Con esa mente ya está hace tiempo. No le faltan razones, desde luego. Pero la sinrazón esta vez es la que vence todo pronóstico. Ya estoy harto de su sinrazón. Muchas veces pienso en que solo es una molestia.
Necesito ir a Cusco por un dinero antes de que termine la actual gestión municipal. El nuevo alcalde que entre no me va a pagar los aplausos que le hice para que se luzca a su enemigo saliente. Me dedico últimamente a las relaciones públicas.
No lo entendió. La detesté. Me puso entre la espada y la pared. Me calumnió. Es por eso que escribo estas palabras. Ha logrado evaporar mi alegría, disminuir a la Navidad, avinagrado mis ganas de sentirme bien en casa.
Es por eso que pienso en llamar a Colchón y hablar de la innecesaribilidad de algunas mujeres a quien preferiría editarlas, es decir, sacar de ellas esos aspectos verdaderamente corrosivos y esterilizantes de sus vidas, cuando no prescindir totalmente de ellas.
Anoche mi último pensamiento fue: la condición ideal del hombre es la soledad. Aunque ver los ojos e mi hija y sentir como va creciendo el chico, cómo va mirando la vida, su despertar sexual, sus preguntas y la admiración de mi hijo a su padre me hace sentir el lado hermoso de existir.

viernes, 17 de diciembre de 2010

EL CAZAFORTUNA

Tuve temor de que eso sucediera, era un sueño solamente, pero sangraba el punto básico. Recordé toda la noche a los seres queridos mientras el coche declinaba entre montañas verdes hacia el fondo en el nacimiento de la Amazonía.
Un derrumbe era retirado por la Doosan naranja. Una chica con cara de sapo pidió bajar y como estaba en la puerta tuve que cederle el paso. Ya estaba un poco malhumorado.
La noche anterior, a decir de Vargas Llosa, ernanicé a un enano con bastantes mañas para burlarse de mi. Mal intento, realmente el suyo. Le dejé claro que estaba en un error. Pienso que si se enojó conmigo, sabía que de mi depen´día su robo, digo... negocio. Le hice saber que sabía todo de el. Sobre todo de su ambición por el dinero. Finalmente se portó bien. Lo eduqué. ¿O pudo más su ambición de no pelearse conmigo y perder el negocio? Tal vez eso.
Estuve hace un rato en la piscina chapoteando. Dije !niños de mierda! a los que me interrumpían mi charla al teléfono. Me gustan poco los niños. Fui sincero solamente. Me agrada la gente adulta, definida, imperfecta o perfecta, pero eso si, completa, incluso en sus defectos, aquellos que no se pueden volver a entornillar, aunque no me dan una llamémosle utilidad, pueden ser lo mejores.
Leyendo El Viaje del Celta der Vargas Llosa, lamenté lo de Conan Doyle, tan gran escritor, pero tan asustadizo. Traicionó a su amigo de siempre. ¿O pasó lo contrario? A veces se dan casos coimo ese en el que estábamos cinco en el auto y solo estaba a bordo una muchacha. Picchioti sela tiraba a menudo. Pero el dijo !que asco, tenía una cicatriz en la barriga! Me pareció cruel. La muchacha enamorada estaba a su lado. Se sentía su enamorada. El estaba harto. No precisamente deseaba socializarla, pero subió al auto por que esperábamos a sus amigas. Sentí cierta angustia de la muchacha. Ni festejé las burlas que le hacían. Tal vez debí haberme reído. Siempre lo hacía. Pero ocurre que por alguna razón habíamos conversado algo antes, quizás lo suficiente para saber que era una buena muchacha. O tal vez no.
Recibí una cartya de Gran Gretaña, fue hace un rato. Anoche hablamos de Assang con mi amigo suizo, y dije que estaba harto de la peruanidad. Mi amigo va a enjuiciar a un juez que le vendió el departamento inclompleto. Tomamos una copa de escocés. Me dijo qnue al mi subida de la selva le lleve mangos. Mi ex amiga Milagros me llamó de su escritorio. Dicen que fue de casualidad. Teme perder el trabajo, teme caer al llano y no ganar los miles de soles que ha invertido en su auto. Puede ser que en unos meses haga taxi.
Repito, viajé toda la noche y llegué al municipio más rico de todo el país. Voy pot este como quien anda en su casa. La oficina del alcalde derrocha espacio hasta unas ventanas que llenan absolutamente el espacio. Eso permite ver unas verdes montañas y la piscina hermosa. Puedo entender esa rara circunstancia. Me gusta mucho ese ambiente. Un lugar pobre que se ha vuelto rica y donde merodean todos los cazafortunas de afuera y de la zona es muy atrayente. ¿Soy un cazafortuna o anpo por casualidad por alli? No hay duda que hay una cuestión previa. Si esa zona se convirtió de pobre en rica fue por algo, y tal vez ese algo y no su opulencia sea la que me atrae a ella y no otra cosa.
Otra cosa he observado, el dinero, me refiero a los billetes. Recién impresos huelen tanto que pueden inundar todo un cuarto. Es mejor meterlo en una bolsa y cerrarla o llevarlo al banco. Pienso que los gases que emitren son tan profundos que podrían matar a un tipo si queda encerrado una noche en una bóveda de banco.
En esta zona todos quieren dinero fácil. Lo difícil es evitarlo.

jueves, 21 de octubre de 2010

LA ESPONTANEIDAD PERDIDA

(...) me imagino a muchos niños pequeños jugando en un gran campo de centeno y todo. Miles de niños y nadie allí para cuidarlos, nadie grande, eso es, excepto yo. Y yo estoy al borde de un profundo precipicio. Mi misión es agarrar a todo niño que vaya a caer en el precipicio. Quiero decir, si algún niño echa a correr y no mira por dónde va, tengo que hacerme presente y agarrarlo. Eso es lo que haría todo el día. Sería el encargado de agarrar a los niños en el centeno. Sé que es una locura; pero es lo único que verdaderamente me gustaría ser. Reconozco que es una locura" D J Salinger


"Cuando empecé, la gente no podía conjugar mi imagen con el hecho de que fuera capaz de expresarme con claridad, de que me gustara hablar de ideas"
Brian Eno


Hay muchas cosas que no amo. Barrios, calles, personas, sean lejanas y cercanas que en mucha medida son simplemente argumentos. Para que alguien posea la cualidad de serme simpático o simpática, inequívocamente todo depende de su dimensión maldita, cómica o inteligente, eso si, sin la presencia de aniñamientos que por lo general duran toda la vida.

Hay muchas cosas que no me agradan.No me agradan demasiado los niños, gatos y chicas que se paran en medio de la mesa diciendo "discúlpame voy al servicio". No me agradan algunas calles. José Gonzales en Miraflores, silenciosa, con edificios agraciados tan hipócritas como ciertos pintores o sus moradores arribistas, donde me escapaba de madrugada de los brazos de esa chica que comía manzanas. O Petthi Thoars, impersonal, travesti, oficinesca, llena de ánimas olvidadas. Si, en cambio, Santander Strasse.

Esta noche pensaba en Santander Strasse en Free Town y me dio gracia recordar su asfalto desgastado y burdo, su plomizo disturbio agujereado, las amarillas hojas de los árboles, mejor si hay garúa, mejor aún si se trata de una mañana de invierno bajo el techo mate de la nubosa Lima. Vivíamos en calma bajo las nubes (escuchar este tema de Brian Eno http://www.youtube.com/watch?v=w2WURHY3D4A ) y descontamos el mañana en las mañanas para fumar cigarrillos en la eternidad, deshilvanando dudas sin discriminar, ¿donde nación Jonhy López? o el por que apostar por la bola 9 naranja, con la mente caleidoscópica de Juan Celada, una pintura de Van Gogh sobre el fondo verde de su minimalista casa.
Me gustaba el cenicero galvanizado que usaba -era amarillo ingastable- sus muebles de textura muelle para viajes por el éter, ante la verdad sospechada y tocada como al disparo de la trompeta de Miles Davis.
Esos años glam de mucho Boowie estaban empapelados de azar, cartas, números, sueños, transferencias, Ortega Gasset, - entre mis primeras lecturas-, y el escape mañanero de los autos calentando el motor antes de llevar a los chicos al colegio. Pero si había algo verdaderamente importante en esos momentos era el estreno de un nuevo hombre a la vida que, a diferencia de las palabras de Bretón, y lo sostengo, no estaba en otra parte sino allí mismo, dispuesta a ser entendida, y esa es su ironía entrópica, en toda la vida.

martes, 19 de octubre de 2010

PROSERPINA





...Y abiertamente consagré mi corazón a la tierra grave y doliente, y con frecuencia, en la noche sagrada, le prometí que la amaría fielmente hasta la muerte, sin temor, con su pesada carga de fatalidad, y que no despreciaría ninguno de sus enigmas. Así me ligué a ella con un lazo mortal.
Hölderlin
He visto a tipos enanos en el mundo, pero nada más inesperado que encontrarlos en los maridos celosos, los envidiosos que confían en su éxito, y los que se vengan de las personas inofensivas atacando a las cosas que más aman, digamos envenenar a sus animales. Por ejemplo, tú.

Una vez tuve una desdichada mujer en mis brazos. Ya hacía tiempo que me coqueteaba. La pobre estaba muy afectada por su vida. Luchaba por imaginar la luz de la felicidad. Pero su vida era ir de la casa a la oficina. Tenía un puesto ejecutivo, uno de esos trabajos prestados, en el cual apenas decidía. Era un mascarón de proa. Los trabajadores le decían señora y ella apenas les miraba con una seriedad lejana. Era evidente que aquel trabajo le bastaba para sentirse más o menos digna al manejar caudales que no le pertenecían. Supuestamente era propietaria de varias empresas y un automóvil Audi modelo del año.

Pero en el fondo era una mujer sencilla, un ama de casa emancipada atrapada en la desgracia de un matrimonio miserable. Se llamaba Proserpina.
Hacía aeróbicos y grandes sacrificios para lucir esbelta y lo había logrado con creces.
Cuando la miraba pasar no podía ocultar el deseo que me encendía por dentro. Pero nunca fui capaz de decírselo por respeto, aunque esa noche al verla en la redaccíón varios estaban mirándole el poto parado que se sentía turgente.

En realidad ella estaba harta de su marido, que era un servil de esos que sonríen a todo aquel que pueda ayudar a contentar a su jefe. Como periodista siempre me era posible escribir alguna nota tomando parte de sus declaraciones, ciertamente estúpidas, pero que servían de relleno.
Bueno, ya lo saben, era congresista.
Como el congresista era amigo de los dueños del periódico donde yo trabajaba, tenía luz verde para que publiquen todas sus expresiones. Era un mono blanco emperifollado con tacones dentro de los zapatos para parecer más alto cuyo esclavo era el esposo de ella. Lo solía mandar a esos agujeros inmundos del centro para imprimir clandestinamente libelos contra sus enemigos políticos que no faltaban en su provincia. Así se hizo congresista.
El marido era el tipo de persona a quien en medio de la fiesta se le puede mandar a traer cigarrillos de la esquina y quien parecía feliz de servir a otros, siempre y cuando le ayuden a quedar bien con el mono blanco.
Recuerdo que el marido jamás me permitía pagar el chifa. Anteponía el brazo al mínimo además que hacía de pagar. !Déjame por favor!, rogaba mientras bjaba sonriente la mirada. Con que gusto me alimentaba. Me caía bien. Era inofensivo. Al menos eso parecía.
Pero, y eh allí el poder de don Sata, pese a que nunca se me ocurrió cogerme a su puta esposa olvidé la otra variable, la realidad versus la teoría heliocéntrica, a lo mejor era ella era quien pensaba seducirme.

Una noche su esposa, me invitó a su oficina supuestamente para ver unos papeles. Estaba con un vestido corto, muy corto. Los dicroicos disparaban una luz en medio de los papeles que ella revisaba y apenas se le veía el rostro. Sus cabellos negros brillaban con intensidad. Las manos llevaban tres o cuatro anillos. Uno de casada. Pude sentir su rico perfume. Me invitó a la oficina del fondo. Sacó algo de beber. Nos besamos mucho mientras veíamos a la gente trabajando detrás de los tres metros de vidrios polarizados -y antibalas- del bunker.
La redacción bullía en el cierre de edición y todos los periodistas ignoraban el tremendo sancochado que hervía en la gran oficina.
Recuerdo que bailamos y aprovechando la impermeabilidad al ruido de la oficina pusimos a los Beatles a todo volumen mientras secábamos semiborrachos la sangría que la señora dejó enfriando en el mini bar.
Esa noche, irónicamente, fueron solo unos besos y tocamientos. Pero al día siguiente, con el fuego que ameritaba le llamé para una cita. De tanto negarse -al principio- por fin acordamos el encuentro.
Estaba con su abrigo azul de paño muy largo. Al caminar se abría mostrando sus piernas blancas, llenas y con unos hoyuelos muy sugerentes en las rodillas.

Caminamos. ¿Qué íbamos a hablar? ¿Que fue un error lo que hicimos? No, claro que no. Pero fingimos un atolladero psíquico que solo se resolvería si lo conversamos con paciencia. Además hacía frío en la costa de Lima.
Serían las 10 de la coche cuando entramos a ese lugar. Llevaba un pantalón beige a rayas. No parecía muy animada. Pero ya estaba en la trampa. Insistí. Cuando ya empecé a dar signos de estar vencido ella dijo. "Está bien". I sin que le fuerce a nada se desnudó. Era una piel muy bien tratada. La consumí allí con tanto deleite e imaginación como ella quería.
Después de combustionar sobre su naturaleza regalada el pecado se hizo más puro y sin remilgos. Me forzaba a un comportamiento caballuno y violento. Estaba furiosa y feliz. Finalmente se produjo el estallido.
Luego descansábamos. Yo vagaba con la mente. Estaba muy satisfecho del abismo. Era muy fuerte vivir ese momento. Yo vivía por esos días muchas emociones fuertes.
Pero la mujer una vez más me sorprendió al decirme:
-Te admira.
-¿Quien?- pregunté.
-Mi marido"- afirmó.
Tenía lindos ojos tristes pero satisfechos de mostrar su desprecio al padre de sus hijas.
Poco después de montármela a mi gusto ella fue más en confianza. "Me da asco" "¿Quien?", nuevamente pregunté. "Mi marido", musitó mirando el techo blanco del frío hotel. "Me da asco su piel amarilla, su olor a vulgaridad, su misma naturaleza".
La hija de puta lo odia, pensé. ¡Y qué odio! Se acuesta con el tipo que admira el infeliz.
Después de unos cuantos empiernamientos la mujer me llamaba al teléfono todas las mañanas. ¿Donde estaaas?, me cantaba. No habían secretos de ella a mí.
Una mañana me dijo “si me eres infiel te mato”.
Era sumamente cuidadosa a la hora de irnos. Revisaba microscópicamente su abrigo en busca de evidencias. "No es que me cele, solo que teme que me enamore de alguien".

Una tarde me vino con otra novedad, “te he dado un regalo, ve al banco”. Fui al banco y habían algunos dólares en mi cuenta. Ni tantos. Solo un gesto de buena voluntad. Ella quería actuar como rica. Iba a dentistas de los más caros, al Gol Gyn a hacer gimnasia, a restaurantes bonitos. Pero en realidad era una mujer pobre. No lo sabía. Vivía en una pocilga de Comas. Su realidad era aquella y no los falsos brillos de su alto mando.
El marido nos descubrió por un soplo de quienes cuidaban los intereses de sus amos y temían que ella y yo huyamos con todo el dinero de sus cuentas.
Recuerdo que el marido la castigó muy duramente. Obviamente ya no podía verla más…. aunque es un decir.
Un día regresando a mi casa me cruzó un vehículo viejo. Era el cornudo con su mujer sentada a su lado. Era estaba de perfil y con la mirada en el suelo. “! ! ! Dile que no lo amas!". La pobre mujer me insultó con una mezcla de odio por no poder tenerme y asimismo para quedar bien con su marido. Debo reconocer que su sangre fría me paralizó.
Para ese entonces la esposa me había dicho todo de su marido, el tipo de pastillas que tomaba para combatir sus males nerviosos, que este había suido huérfano, que le era permanentemente infiel, que bebía con sus primos los fines de semanas en esas cantinas por el estadio y que la golpeaba inmisericordemente.
Finalmente me confesó que la había vuelto testaferra de unos delincuentes de cuello y corbata peo nunca se atrevió a confesar que uno de los delincuentes se la tiraba cuando ella acudía a verlo con el estado de las ventas a su encierro domiciliario.
Cuando el marido me llamó por teléfono le dije todo lo que sabía de él, que no estaba en mi club, que estaba en un agujero de mediocres, que no era bueno que golpee a su mujer y que tome sus pastillas por que podía terminar mal. Me di cuenta de lo terribles que pueden ser las palabras. Más duras que los golpes. Lo aniquilé. Ahora diré el cómo.
Yo era el caramelito de la pobre mujer y el marido que me amenazaba de lejos tuvo dos sorpresas. La primera, que cansado de sus majaderías de marido celoso, me acerqué a su auto, cosa que no esperaba, pateando la lata. Y la segunda que delante suyo y de su pobre esposa le dije la peor humillación que nunca olvidará. "Amo a tu mujer". Luego proseguí con "baja rosquete".
Sé que le dejé una bomba de tiempo. Me importó un bledo. Sé que la golpeó mucho más y que faltó una semana al trabajo. Luego fue forzada a renunciar. Seguramente el lloró más que ella. Indudablemente lo desnudé por completo.
No bajó del auto, se puso al descubierto como cobarde, pero me odió, me sigue odiando, -se que no está seguro de hasta donde la he tocado y sin duda ella no lo ha confesado pese a que le preguntó ¿lo hiciste por atrás mierda?- pero al menos no perdió a su mujer a quien sin duda sigue pegando y quien para mi aún sigue siendo objeto de algunas noches mías de placeres solitarios.
Creo que la pobre mujer merecía un destino mejor. O tal vez no. Era Peoserpina bajo la ira de un Plutón sin reino.

LAS VIAS DEL EVITAMIENTO

Son toda una metáfora urbana las vías de evitamiento. Un monumento a lo que sinceramente es la ciudad, un cosmos donde todos quieren evitarse, sobre todo los que se quieren.
Por eso no evito nada en lo que pienso. Aunque esto me ha llevado a calificativos terribles. !Eres malo!
Ahí vamos.
La chica quiere cachar con el tipo. Pero lo evita. El amigo quiere ver al amigo, pero contabiliza las veces que no lo buscó y desiste de llamarlo. Uno desea salir a bailar, pero lo evita sin saber porque. Todo esto me llena de orgullo pues aun cultivo el impulso y el instinto, nada más ajeno al evitamiento.
Basta que alguien diga “Arriba Alianza” o “ayayay” o mire con desprecio a la cajera del hipermercado para darme cuenta que su proximidad con un insecto es más que un acto emancipador de elevadas comodidades, un tropismo hacia la insignificancia, es decir a la felicidad momentánea libre de toda trascendencia, fuera desde luego que la sexual, es decir, a través de los hijos, cosa en la que nos parecemos todos los seres vivos.
Hago esta generalización con la licencia que me otorgó leer la noche anterior a Cela en el departamento de mi amigo Iván, donde no solo gozamos con su descripción arbitraria y total de los italianos colocándolos a TODOS de morenos, apuestos y abogados.
Este tío, para colmo Nobel de literatura, sí que desarrollo al máximo el argumento y hasta se cogió a una niñata que podría ser su nieta en el otoño de su larga existencia.
Escuchábamos a Deep Purple en un clímax sensorial otorgado por la música y el disparate completo en el cual nos colocamos nuestras armaduras para ir al encuentro del sol. Leyendo a Cela, ¡qué sábado! desistimos de ir a la disco y me quedé con un diálogo memorable.
-¿Crees en los fantasmas?
-No. ¿Y tú?
- Yo si- Y desapareció.
Y reflexiono esto pensando en el mal pensar, al cual considero un veneno necesario cuya arte se basa en el equilibrio, pues no siendo equilibrado el mal pensar se desbocan los fantasmas a cada rato, la superstición, y el odio de quienes tienen la rara seguridad de estar en el centro de una moral venidera de los espantos. En estos tiempos un espanto es el sexual, pero miren que no todo es rosquetería, David Carradine murió estrangulándose a si mismo como a su pene en simultáneo. De placeres, si apenas estamos empezando. El placer del ludópata, el de la ramera que lo hace por diversión y no solo por dinero, el del político y el del asesino que sale especialmente a saciar ese anhelo de ver al otro acabar.
No es fácil ser un hijo de puta. En principio, para serlo, hay que tener un ideal alto. Muy elevado. De lo contrario es posible que te consuman las entrañas. Cultiuvo el hijoputismo desde hace algún tiempo y podría decir que más que un acto de flagrante maldad se trata de un esclarecedor método de ubicación, casi un sonar que detecta los movimientos subalternos de las personas en contra de uno.
Me he dado cuenta que es muy sencillo bajo este método identificar hipócritas, resentidos, afectados, lectores anónimos y críticos permanentes de la defectuosidad en la que, debo señalar con toda claridad, me inundo.
No sé si me hace feliz o no el darme al uso de ese sonar llamado pensamiento de hijo de puta, pues solamente confirma la naturaleza poco principista de los individuos que no me tragan.
Y los que no me tragan, cosa curiosa, son exactamente todos los que comienzan su existencia en un sincero intermedio, y muy poco en el principio, es decir, en la parte excelsa de uno mismo.
De joven me gustaba mear sobre las cucarachas, y hasta les hice una canción. Esto no quiere decir que me las comería jamás.
Pero no sé porque aconsejé a un amigo pintor que caía diariamente en la desesperación de querer ir a un burdel -a donde lo llevé- que se coma sus pinturas y a ver si de esa manera de una vez por toda encontraba su ansiado absoluto.
Creo que ni al él ni a sus hermanos les dio muchas ganas de verme, cosa que no comprendo por que soy un tipo más o menos agradable desde el punto de vista de cultivar el cinismo y los placeres de la soledad.
De todos modos, el hijoputismo en mi mente es una forma de ver las cosas que me ha deparado innumerables aciertos, y claro está, un muelle inequívoco contra traiciones, deslealtades, evitamientos y ninguneos. Es por eso que a veces, en un acto de maldad pura suelo enviar mis fotografías en Europa, Brasil o alguna montaña nevada de belleza quintaesenciada para imaginar en mis fueros hijoputistras el escarceo que de seguro se produce en las entrañas de los que no solamente por ser tan correctos no conocen nada y que, desde luego, entendiéndome como "excéntricoo" en verdad no me quieren, y ocultan a sí mismos el disgusto que les produce no haber leído un solo libro en la vida ni tener mucho que hablar.

sábado, 16 de octubre de 2010

I've Got A Feeling I

Había no cientos o miles, sino millones de cucarachas sobre la cocina que pese a que no era tan vieja la suciedad que la cubría ofrecía la más exquisita expresión del descuido, !tan afín! a las paredes lúbricas e iluminadas por un pálido y polvoroso fluorescente blanco.
La mesa tenía una cubierta de mantel plástico y gastado por el uso que había borrado casi todas sus figuras -me parece de cuadros rojos y blancos- mientras que el piso de baldosas amarillas estaba borroneado por una capa de mugre antiresbalosa. Merodeaba la casa un perro negro, chusco y pulgoso. Se llamaba Negro. Su hija,Tanga.
Sus amas, jóvenes, vagas y vanidosas, nunca se sentaban a comer al mismo tiempo. Se levantaban tarde. Todo el día hablaban por teléfono mientras a duras penas y sin recibir órdenes de nadie la empleada lavaba los servicios.
Las tazas, cosa rara en un clima tan poco acéptico, eran de acero quirúrgico, y por eso era lo único que siempre parecía limpio.
Todas cenaban hot dog con huevo frito comprados en ese rato en la tienda de Cartagena, y no cuidaban la figura. Es que eran unas chicas de culos espectaculares que naturalmente estaban dotadas de figura y tenían no solo el mundo a sus pies sino a un cúmulo permanente de eunucos en su puerta.
Vivían al fondo de una quinta de varias casas, todas grandes, como la suya, en una tranquila calle de un suburbio de clase media en Lima. Los árboles refrescaban la noche y los jazmines despedían el erotismo que me llevaba a esa casa como las feromonas a las abejas.
Eran tiempos cuando me gustaba ir a la playa con mi trusa, slaps y sin polo. Tomaba una combi asesina y bajaba en Miraflores, atravesando las calles sombreadas por los edificios antes de descender por los acantilados donde se abría oeánicamente la vida, las olas y el sexo. Mi padre decía que a esa edad solo me faltaba eyacular por las orejas. Y tenía razón.
Gaby era una de las chicas con quien tomaba por asalto a la vida. Tuvimos sexo en todos lugares, pero me acuerdo muy bien de aquel pasaje que derivaba a un gran parque rodeado de casas. La llevé de la mano hacia esa zona especialmente oscura. Había un granado descuidado en la parte trasera de esa casa. Le manoseé con impudicia el tremendo culo que a muchos desesperaba levantándole el vestido, como escribiendo el reggaetón, hasta la espalda, quedando completamente desnuda sobre sus zapatos en punta con tacos de 7 centímetros de alto. Otras veces la leve en la diligencia, que era un viejo microbus que pasaba por Bolívar hasta la carretera central caminando heroicamente, con una lata de atún, pan y una botella de vino malo en bolsa, hasta cinco cuadras terrosas hasta el famoso motel mal llamado Cinco y Medio.

Las conocí una noche de tragos en la casa de unos vecinos de ellas. La reunión era casi misógina. Nosotros éramos todos hombres contemporizando en el segundo piso. Nos asomamos al balcón y vimos el postre inalcanzable allí abajo, unos metros más allá. Era media noche. Las chicas tenían fama de perdidas y nosotros de caballeritos que nos dábamos a las fiestas de las chicas buenas y de futuro de la parroquia. Siempre pensé que en estas cosas no importa de dónde sean las chicas. Así como la brújula no se deja sobornar por otros magnetismos y siempre va hacia el norte, nuestra brújula de cuero nunca se la traga toda la ideología social y apuntaba siempre al culo más apetecible.
Ellas coqueteaban con media docena de tipos, todos en autos. Apoyadas en las líneas bajas de los fierros no se que hablaban. Sus nalgas bien pesadas de plegaban aún más sobre el pulido acentuando más su quiebre.
No podía soportar la situación y bajé a presentarme como un caballero. Abriéndome paso entre los celosos devoradores que las olían me dirigí tomándoles por sorpresa a todos y dije. “Estoy en una reunión en esa casa, no nos conocemos, pero pensé que no estaba bien quedarse con la palabra en la boca y decidí bajar para decirles que son las chicas más bellas de este barrio. No quiero importunar más a todos, disculpen la impertinencia, y me retiro”.
Paty estaba con la boca abierta de gracia con tan efectivo piropo en medio de los titanes que les rodeaban sin saber reaccionar mientras que Gaby con un vaso plástico con borgoña fingió no entender el mensaje.
Las que no entienden los mensajes con las más astutas siempre.
Regresé a la fiesta como el soldado que regresa a casa. Estaba cargado de honor. La noche taurina me derivó a un regreso triunfal con el beneplácito de haber perpetrado una verónica donde todos no pudieron otra cosa que decir ole. Por mi parte en mi mente flotaba la canción I've Got A Feeling. Gracias John. Tiempo después paraba con la pinga parada mañana, tarde y noche en la casa de esas muchachas.

lunes, 11 de octubre de 2010

NARIZ DE PINGA


Se le veía nocturna, falsa y corriente, todo estaba rociado de oscuridad como para valorarla en lo básico: si era bella o más bien fea ya que la escena en la que figuraba tan dispuesta como un par de días de espera (cachable) no permitía ni siquiera asegurar de que se tratara de una mujer completa.
Nariz de pinga, y esta es su versión, vino de Huacho a divertirse a Lima. Bailaba bajo la metralla lucétrica explotando en una mejoría inconmensurable, como si fuera magia ¡magia enorme! aquello que la transmutó en una venus de Boticceli, una hembra definitiva al menos ante la mirada turbia del borracho.
El borracho no la miró. Su cerebro la sintetizó como si muchas mujeres lindas se mezclaran en esta univoca ¿Estela? ¿Marley? Estaba arrecho era todo. La rumiaba antes de tenerla con la carencia del seleccionador enzimático que evaluaba desde la forma de sus nalgas hasta su aliento.
Tuvo que acariciar sus brazos para darse cuenta de que se trataba, en efecto de algo real y jugoso. Es decir, de que no tenía sorpresa. Supongo que era yo el que estaba en la escena.
Le dijeron a Colchón que me aconseje cautela pues a lo mejor eran peperas. El guante me lo pasó, pero ya estaba con la testosterona encima. Incluso evalué las consecuencias de quedarme sin un centavo en la posible irresponsabilidad de sumergirme en sus encantos imaginarios. Ni siquiera se me ocurrió lo que podría ser el podrido despertar en cualquier hotelucho de mala estrella con la mujer de manos de lija.
Justamente por eso le pregunté.
-¿Lavas?-
-No, por que lo dices.
-Por que tienes manos de lija-.
Y ella me dijo como cenicienta. Se me cayó el arete al sueño. Tenía forma de aro. Si lo encuentras te voy a dar un premio. No lo iba a hacer pero me quedé pensando en el premio mayor de sus fabulosas –así decía el trago- caderas.
Fingiendo ser cenicienta a las 4 de la mañana se fue a pasos ligeros sobre sus tacones 10 con su amiga a quien presentó como "gran empresaria" y “no te imaginas quien es”. Ni quisiera imaginar.
Luego abrió su sapito telefónico y me mostró la cara de su hijo que por borracho y vienmdo doble pensé que eran mellizos. Que lindos, mentí y seguí probando por donde introducir mis dedos, si por su pantalón ajustado u su blusa. No pude más y le dije “te quiero cachar” y ella se rió indignada. Rara reacción. Luego le di un buen palmazo en el poto.
Desde luego no era Susana ni Lourdes.
Y me fui a casa con Colchón, el más sorprendido que yo, de lo mefistofélico que puede ser aquel emancipado del bien y del mal.
¿Qué recuerdo de ella? Poco, que tenía una espléndida cintura, que podía tener entre 30 y 50 años, y que estaba a la espera de su pinga, aunque me pidió una botella de agua en vez de eso. Algo más que recordar, nada excepto la tremenda frecuencia del deseo, su mirada sedienta y movimientos esquivos entre el jaloneo y la resistencia, y claro está, su nariz de pinga que intenté obviar. Tu número, ordené. Me dio no nueve sino ocho. Tremenda puta, se las sabe todas, pensé. Le volví a meter la mano. Ya estaba acostumbrada. la próxima le pediría que me invite una cerveza. Su amiga se iba llena de indignación. Ella fue corriendo tras ella. Creo que no la volveré a ver.

LA LOGISTICA DE DIOS

Hace poco mantuve un diferendo con Dios a quien no me siento capaz de brindar ninguna consideración, al menos ahora, al no tener a quien culpar más de un suceso bueno, malo o significativamente secuencial a algún tipo de algoritmo.
Lo recientemente acontecido, que es el arrebatamiento de la vida me mi madre, constituye la prueba en sí de que desde que nacemos vamos a la deriva hasta el punto inapelable de una na-da sin-o-lor, antiespacial, sin opción de ser consultada a no ser que me equivoque y sea cierto este diálogo con la nada que me asaltó una tarde soleada pero fría y de primavera.
-Tus ventajas no son las que concuerdan, en todo caso.
-Puede ser que tengas razón, pero mi problema es lo que ocurre en el interregno entre mi reino y el retorno a él, al que todos van.
-¿Por ejemplo?
-Los abores. Cómo considerar que somos nada frente al sabor de un helado de fresa.
-O maracuyá, pera o limón.
-Déjate de estupideces que esos helados no se venden el Perú.
-Bueno, pongamos al sexo, el baile, el alcohol, el deleite profano o celestial, el éxtasis de los adoradores de dioses o vírgenes.
-La acción química de las drogas, por ejemplo.
-La diferencia psicológica de los sexos, por ejemplo.
-Si, pero no es esa la mejor palabra para la nada, ¿verdad?
-Por que en la nada todo es no, negatividad, al menos axiomáticamente hablando.
-Salvo las paradojas de mi buen amigo Godel.
-Te noto muy animado para ser la nada.
-¿Cómo no voy a estarlo si al fin alguien me ha tocado la puerta.
-No me había puesto a pensar en ello.
-Pues piensalo seriamente ya que en estos tiempos casi podría decir que mi no existencia se ha vyuelto una religión en la que los más lúcidos esperan encontrar una preparación hacia lo que ellos mismos quieren creer, y temen, que es la muerte.
-¿Y no temes a la muerte
-Soy la muerte. Pero ven que no te haré daño.

Que consigamos unas metas importantes desde el punto de vista de la escasa logística que nos abriga el alma, fuera de la poca o mucha fortuna, la circunstancia y el olvido de nuestro final es ¡cómo no! un enorme suceso que debe de sorprender a las otras criaturas del universo que nos deben observar con el ojo zahorí del observador de las hormigas perfectamente organizadas.
Si es que solamente a nosotros nos incumbe observar y tomar de otros lo que nunca fuimos. Tal vez en el fondo somos nada arropada de otros, lo que quiere decir, conquistadores natos.

domingo, 10 de octubre de 2010

COLORES BLANCOS

Una de las que más odio son las luces blancas color fluorescente en las casas. Dicen que son ideales para impedir el sueño de los trabajadores y añadiría, para rescatar lo mejor posible la fealdad de los rostros de las personas y las manchas de las paredes. La luz blanca, sumada a los parquets sin brillo ni olor, también configuran una escena de ambiente en caída libre, mezcla de ferretero pero con con cierta vitalidad enfermiza, y que no va afín a lo que entiendo por luminosidad.

Detesto los lugares donde no pasa el aire, esos lugares de ventanas cerradas, sin música y demasiado silenciosos, pero no es que deteste el silencio que no tiene que ver con lugares fastuosos o elegantes, sino me rfiero a ese silencio enconado con lo creativo, silencio de ausencia de toda esperanza y donde las cosas aún estando vivas, digamos una planta, un pan en estado de podredumbre los hongos alrededor de una cañería mal curada, conformar un tipo de muerte viviente.
De hecho se trata de un lugar donde ha sido derrotada la pimienta, el curry y la importancia de un corte de papa. Se trata de una suerte de evento donde no habría nacido la sociedad sino un amasamiento humano sin nombre ni distingo que acumula energía para, a lo mejor, una vejez insustancial.
Obviamente, no voy a consideraciones de altitudes mayores como esperar la valoración de un rissoto que sería criticado como masacoteado. Mucho menos se consideraría indispensable beberse la coca cola helada. El primitivismo puede llegar a ser esperpéntico en esos lugares. Casi,a casi, una fosa común en vida.
Detesto a los gatos desde que tengo uso de razón. Detesto el olor de sus orines hasta su falsa debilidad. Si alguien osara llevar un gato a mi morada, sin lugar a dudas estaría ejerciendo el más refinado beneficio a su odio en contras mío, pues no solamente sería llevarme a la ruina moral, pues de hecho no podría dormor con sus aullidos, ni comer en paz bajo su mirada reclamante, sino que yo mismo sería testigo de un consentimiento que no podría haberme permitido cuando soñaba con una vida emocionante y digna, confirmando enfermedad del alma al erosionarse aun mas mi autoestima.
Pese a que detesto a los gatos, a las luces blancas de oficina, y a esos silencios de ultrasonido de los ambientes acreativos,más detesto a quienes los puedan traer a mí todas estas cosas, porque significa que mi existencia le es tan poco valiosa y estimable como para hacer el mínimo esfuerzo por impedir lanzarme a mi tan evidentemente lo que detesto, algo así como arrojar desperdicios a un tacho de basura de la cocina.
Desde luego que detesto muchos otros tipos de bichos, como a las cucarachas, más aún a las pequeñas. Sin embargo, creo que nada es más detestable que el hecho de detestar sin desearlo a esos seres que no saben lo que hacen, y que teniendo cosas buenas, tienen todo el aval del creador, sea Dio o la justicia. Lo irónico es que cuando pueda alguien intentar comprender a quien detesta, este aparezca increiblemente dispuesto a defender asu detestabilidad hacia uno en nombre de la razón, con desmesura, y sin ninguna puta consideración.

lunes, 27 de septiembre de 2010

NEXOS

Detesto las sonrisas de ese tipo, especialmente las comprensivas y buenas
Las encuentro, por el contrario, vengativas. Puedo detectar una mosca en la oscuridad.
Sin el menor reparo la condeno. Como el niño que juega a matarlas, figura que no es mía, sino de Shakespeare.
Lima coincide exactamente con lo que deseo, pero igualmente con lo que detesto. Ando cansado de vagabundear por los agujeros esos. A decir verdad me he jubilado. Quedé borracho la otra vez en el taxi. El sujeto se llevó mi dinero. Había ido a una fiesta donde no se por que fui invitado. Me había puesto mi saco a cuadros y parecía importante. Incluso comenté que el tema eran los intereses, que en Brasil eran menos. Y el calvo a la cabeza de la consultora asintió diciendo. "Coincidimos plenamente".
Unos días antes un amigo me llamó desesperado. Dijo que estaba enamorado... de un hombre. Le dije que era normal estar confundido. stuvo muy agradecido. Me dijo que era un hermano. Le mentí. Probablemente es homosexual. No le volví a llamar. Se que anda hace años con la moral a la deriva. Cometió muchos errores. Quizás por eso es mi amigo.
La noche de Lima estaba plena, y eso que no era tan de madrugada. Pensé en que era inútil seguir odiando, pero fue inútil, el desprecio me sube a borbotones. Y me pregunto por que todo es una fotocopia. O mejor dicho, un colage.
Evidentemente no me refiero a mi. Sino al resto. Y ese es el secreto de la humanidad. Su convencimiento de la univocidad. Entonces por que no jugar a Dios. Entonces por que no hayan esclavos.

sábado, 11 de septiembre de 2010

LIMA BILL

¿Cuán lejos nos encontramos de la creación en Lima y provincias de escuadrones de la muerte privados? Pregunto esto tras cosechar mi novena historia de venganza personal de taxistas asaltados. Aun no me referiré al odio hirviente de las familias con seres queridos secuestrados, padres de chicos seducidos y violados por seguidores de Baylys que malentienden lo que es open mind, ni tampoco por tantos que vieron sus casas desvalijadas por extraños que llenaron de acrimonia la dulce atmósfera del hogar “seguro”.
No. Solo hablaré de un caso de un taxista más, el indicador más recurrente y seguro de la flebálgia urbana.
¿Si las estética de la tortura llegó a su máximo cuando el general Tito Andrónico de Shakespeare “alimentó” de brasas ardientes a la pérfida Támora por haber desgraciado a su inocente hija Lavinia, cuánto puede hacer el encendido padre, hijo, o hermano limeño frente a un delincuente que por azar cae en su trampa de la venganza?
¿Los limeños estamos preparando una trampa de la venganza? ¿Kill Bill mora ya en los corazones de los peruanos? ¿Tarantino presidente?
Ayer regresando de Miraflores el taxista me contó porqué tres veces lo operaron de la apéndice. La circunstancia fue deshilvanando en la medida que le hacía preguntas de soslayo. No hay que olvidar del periodista que uno es.
Taxeaba recién operado de la apéndice.
La operación, cuenta, fue grave. La laceración se le había infectado. Estuvo demasiado cerca de la muerte. Pero necesitaba pagar las cuentas. Por eso desobedeció al médico que le había propinado un descanso de seis meses.
En su rutina de taxear su mente nadeaba sin percatarse que los elegantemente vestidos pasajeros eran más bien unos desalmados con un pedido de repuestos para San Jacinto.
Pasando Plaza Vea de Surquillo, a plena luz del día, le arrinconaron y golpearon duramente en la capeza. ¡Baja concha de tu madre! Ordenó él.
La mujer, a juzgar del taxista, era mucho más sanguinaria que su compañero.
Apuntó sus ojos sobre las iris contraídas del taxista. Miró luego a su compañero y le dio la siguiente instrucción. ¡Mátalo al reconcha de sumadre por que ya me ha visto! - ¿No recuerda esto a Sendero?
Con la cacha de la pistola, no sólo le abrió al taxista 10 centímetros de cráneo, sino que el aprendiz, hizo caso a la viuda negra y disparó sobre su mitra ya empastelada de sangre.
Erró en el tiro. No se sabe si queriendo o sin querer. La bala apenas le rozó la faz entomatada.
Su cuerpo fue hallado en Villa El Salvador. Agonizaba. La herida recién operada estaba abierta y con tierra.
Al María Auxiliadora. El taxista paró 10 meses de trabajar. Dos de aquellos coqueteó la muerte.
Cuando salió a la calle su estrés traumático cobraba la otra factura haciendo de él un tipo inseguro.
Le pregunté lo obvio. ¿Y no te gustaría matarlos?¡No!. Me respondió directamente. Más bien barboteó. “No puedes hacer nada si estás desarmado ante dos tipos que si lo están. La misma policía te aconseja no hacer nada".
No sé pero no le creí, como tampoco creo demasiado en la existencia de la democracia, más si en las cada vez mejores artes de la seducción de la misma raza de reyezuelos de siempre que apetecen luces, poder, presos de la vanidad .
Así somos.
El taxista se acercaba a mi destino y dijo. “No podría enfrentarme a esos, pero mi amigo si lo hizo. -¿si?- Cogió al asaltante, lo redujo y lo llevó ala playa. Con otro colega le dieron de alma y terminaron obligándolo a comer arena. La tortura duró casi toda la noche. Le dieron de beber agua de mar y más arena. Le rompieron el cráneo, le miraron a los ojos, le dieron tanto que el tipo estaba semimuerto. Cantó todo lo que sabía de todos sus compañeros. Le filmaron. Estaba tan asustado que los taxistas le advirtieron. Mírame, mírame bien, quiero que sepas quien soy, quiero que sepas que allí cerca de donde te levantamos vivimos, quiero que sepas todos nuestros pasos y que conozcas nuestras rutinas. Queremos ser un blanco fácil para tu venganza. Pero algo más. Te decimos esto porque apenas hemos empezado a sacarte la mierda. Cuando terminemos, puedes tener una pistola cargada frente a mí de espaldas y no te atreverás a disparar”.
Cuando bajé del taxi comprendí que algo se aproximaba. Algo muy oscuro, más bien plomizo y violento.
Termino de escribir esto y paseo con mi amigo Marco Torres Paz por un infierno de imprentas donde a precio mínimo te construyen ploters, almanaques, afiches.
Veo las caras de Susana, Lourdes, Lay, Bayly, Keiko, sonrientes, prometedoramente visibles, todas juntas como barajas.
Me pregunto. ¿SI hay un mundo visible con la logística de los medios de que manera se dan las cosas en ese mundo invisible?
Marco me dice. Acabo de regresar de Washington donde hice unos estudios de política. !Que diablos sabemos frente a esta realidad tan intensa e instantánea!

Es cuando entiendo por qué la literatura sigue traduciendo en un área simbólica lo que nadie dice de ese mundo oscuro y prominente. Entiendo, entonces, el silencio de Lavinia, la inocente hija de Tito Andrónico, cuya lengua y ojos fueron mutilados por la también vengativa Támora, y evoco que todo es posible, la segunda oportunidad de Tannhauser, (comparado hace poco por el diario El Mundo de Madrid con el nuevo Alan que cambió a Marx por Popper !increíble!), Bayly que sin ningún remilgo dice que quería hacer mamá a dos mujeres al mismo tiempo, y que cayó ya una, y es cuando el vómito no se como así no se me viene. Es cuando pienso que estamos en un tiempo donde no caben más hipocresías. Solo que... cuáles serán las siguientes que caigan. ¿La venganza, la naturalidad de la venganza de Tarantino?

Es así que siento la urgencia de dirigirme mas bien a ese espacio donde se cuecen las habas, como el silencio de los inocentes que parió a Hannibal Lecter.

viernes, 6 de agosto de 2010

Choby el de rojo

Lo bueno de Colchón es que amortigua para interpretar los hechos. La matemática de sus sentidos desglosan como colores bajo el prisma el secreto. Algunos secretos no me importan, pero Colchón aun así los apila, ordena y zoofistica.
Y en su zoofisticación taxonómica de engendros contertulios por esos días mecidos por la quietud del aquel pasaje Santander, me devuelve a la entraña el extraño caso del chico ese que una noche de harta marihuana vi golpear al inocente y descuellado (no por tenerlo roto sino por no tenerlo) Malhecho. Lo golpeó rápidamente, no se por que, tal vez por que estaba algo Kubrik esa noche, y a mi me encantaban esas noches violentas, sin saber que a mi me tocaría alguna vez una de estas, como a mi también agujerear un cráneo de un imbecil que pensó que conmigo se jugaba.
Pero no debo distraerme más en esas cargas de violencia que mal hago en celebrarlas para dar rebobinaa a quien Colchón sugirió que rebobine. Al experimentado y maculoso Choby.
Una vez le dije que conocia gente de poder con quien podía trabar un encuentro. Era verdad, como periodista me movía en esas tierras. Pero fueron solo palabras... y otros momentos. Pero Choby me rescataba un poco con su sentido de la oportunidad. Me rescataba de la indiferencia que me restaban los demás del barrio.
Pudo ser Toby de Lulú, pero era Choby, el doctrinario fiel que desgastaba pronto como astillas la poca niñez que ingía no guardar, pero siendo un niño sin infancia se la creyó por completo, ser el mismo que soñaba ser: Un hampón sin escrúpulos con una platinada de aro fumando un cigarrillo en la cama, mientras junior abandonaba su novena billabong del invierno.
Era obvio que le admiraba, fue a conciertos que 10,000 a 1 no podían, y mi amigo Eduardo, sorprendido por sus infinidades de calzados, murmuraba sin envidia que se viste como rico aun sin serlo.
Pero si algo salvaba a Choby era algo más. Su cultura. Amaba a Almodóvar, a las dos o tres que habria visto. Y coincidimos en darle 20 al ¡Atame! El también quedó hipnotizado por los colores. Rojo atuendo, azul vela, verde Humareda, putas y travestis.
Si, eran años lindos, no había futuro, el país acentuaba su pendiente al no retorno, ¿Por qué ser honesto entonces?
Su hermano, gran sujeto, el que iba con polo de smoking a los quinceañeros de las quebraditas, no tuvo tan buen final.. sobre todo por que ese final era mas bien el comienzo de una vida zigzagueante y emotiva, completamente distinta a la que soñó en ese entonces.
Puedo imaginar las noches torvas de humos quietos y engrosados por el peso petróleo del inca crucificado entre tres palos de fósforos de la Llama.
No recuerdo bien a sus padres, excepto sus rasgos de indiferencia. Me recordaban un poco al vecino de la familia Steven de Hechizada. Nada estaba mal, nata estaba bien. Cada quien en busca de lo suyo y no de lo mío.
Tiempo después le creí un abogado mafioso. No, no llego a eso como otros amigos. Dicen que está por ahí, por lo que me dicen, intacto, selecto y siempre dispuesto a ser un magnífico embustero y amante de las calles rojas atestadas de almas negras. Rojo y negro, finalmente. Punto y banca.

jueves, 5 de agosto de 2010

EL INTRUSO DE LA TELE

Me encanta el intruso por que entretiene, es verdad. Moralista incansable, enemigo de la corrupción, la indiferencia paterna, la complicidad social para burlarse de los de rosa, el intruso entra malherido a la escena, ya no como el que se sintió culpable de la nada en el colegio, esta vez como cualquier puta de la calle sin oportunidad de haber cuidado su cuerpo.
Nada de esto yo diría si fuese el muchachito reciente que fumaba sus premier cruzando la vía expresa, harto de callar en el colegio de curas donde recaló, el origen de esa necesidad de ver a otro lado, inclusive más allá. Los de New Order dicen que no llegaron a la música como otros, por que la amaban, sino por que no había otra alternativa. El maricón de la tele se hizo genial por las circunstancias que bien sabe. Pero no es un buen tipo.
Ya se le notaba adolorido y solo, había sueño en su mirada. Como diría el enano sin programa, el hombre de la tele, como le ven los niños a quien defiende, hoy solo es un poco de miasma adormecida por la ternura, un maníaco aspirando ya no cocaína, pero igual poder, para resolver sus incompatibilidades.
Pienso que ese es Jaime Bayly, con traje y corbata de tío, como le gusta circular en la ordinaria Lima, pero distraído hombre de casaca en la indiferencia europea.
Me divierte sus intentos en la simpleza de un auditorio agachado, sus disparos en soledad chocan con el bosque, no importa donde, falto de competencia para estar fuera del set mirando, enemigo del vecino con sus mismos problemas, lo que es normal, y quien por cierto con sus problemas aparte intoxican la ciudad. El vecino no va en pos de un piraña por las calles sino de un pelotero de fin de semana que hacía mohines en la norte.
No escuche a ninguno hablar de esos temas profundamente intensos, de la inestabilidad psíquica de los que no recibieron educación y aprovisionados de sentidos entienden cualquier movimiento externo como amenaza. No, no hablaron del paro nacional, de la estupidez completa, de la imbecilidad de la izquierda, de la pusilanimidad de la derecha. No, eso no dan rating. Comprensible tema comerciante. ¿Es moralmente aceptable no tocar esos temas?
Claro, como la ramera que descarta al punto misio, el gran público es la billetera gruesa, mejor no tocar esos temas. Hace falta dinero para que alguien les acepte. Hace falta dinero para ser libre. ¿Cierto? Yo me pregunto ¿Por qué?
Por que hay desprecio, profundo desprecio a un país que les hizo minoría, o tal vez a un tío, vecino o falso amigo que en los años mozos les enseñaron a sentir natural lo que des`pués entendieron como pecado.
Si, creo que mamá si les hará falta, mucha falta. Solo que este mundo cruel está hasta el abismo hecho de hombres, la mayoría toscos y claros, que no perciben como enemigo al desgraciado, pero que tampoco se detiene a verlo como minoría, pues antes abisman otras minorías verdaderamente abundantes…. Aunque tal vez no tan peligrosas. Esquizofrénicos, me refiero. Esos que al llegar a los 15 años se transforman en locos y acaban dando una paliza o muerte a sus padres u hermanos.
Es obvio que los gays de la televisión no ven el conflicto ni deben por que referirse a la caída de las emblemáticas acciones de Volcan, pues mamá heredo la plata del tío rico, y ¿con que sino financiar la campaña?
Que desprecio y cinismo criticar Barba por poner a su hijo entre candidatos a regidores cuando el puso a su mami a la cabeza del partido, ¿por amor? ¿de quien? ¿a quien?
Es como si yo ultrajara sexualmente a alguien y luego me convierta en el acusador de los ultrajadores sexuales. Hermosa forma de esconderse uno: en su misma evidencia.
Casi puedo estar seguro de que en Estados Unidos alguien sabe que la muchacha quien llevó al hotel era una menor de edad y que a cambio de silencio la hizo escritora de descarte.
No, no me la creo, y mucho menos a estos. Yo pienso exactamente lo contrario. Pienso que ya llego la hora de empezar a mostrar que lo resbalosa de una mirada es precisamente una ambigüedad ajena a lo que si importan a las otras minorías en problemas y a las mayorías a las cuales yo también desprecio muchas veces.
Comprender, tener compasión, ascender. ¡Que difícil problema! Es verdad, la sensualidad, el fashionismo atrae como los gin tonics en las noches del bar donde a veces pago… y siempre vago.
Pero veo que hay una doctrina de por medio, y esa doctrina no es canjeable, ver los verdaderos temas.
Váyanse a la mierda cabros de mierda (con el perdón de el buen amigo Jess, de la Ricardo y de la pbre y amargada Edith, una lesbiana que extraño y que nunca robó un solo centavo aunque me parecñia que robaba energías)

lunes, 19 de julio de 2010

CACANEROS

Eran ya seis o siete días que no comía. Esos días solo bebió agua. Detrás quedaron los días cuando con los cacaneros de la esquina de Aragón robaba autos solo para divertirse. Nunca pensó en los arroces que cayeron en los tapetes. Tal vez solo estaban con mucha marihuana y tenian ganas de arroz chaufa. Solo por eso robaron el carro, un Vaxual azul. Estaba en una situación más urgente. Buscaba al Señor.
Eran las 8 o 9 d ela noche, allá por los rieles... en los extramuros de Lima, reducto de malvivientes atracadores de casas. El universo era uniforme, marrón, sucio, seco, pese a que más allá corrían las fétidas aguas del´río Rímac.

Tocó la puerta metálica saliendo un tipo molesto preguntando por el Señor. El hombre supuso que se refería al dueño de aquel terminal de minerales, de donde eran despachadoa a a Renault de Francia. No está, respondió. Pero insatisfecho con la re`spuesta volvió a golpear el acero de la puerta queriendo entrar a la fuerza.
Luego de golearlo entre tres, el hombre que buscaba al señor quedó rendido sobre aquellos rieles. Por fortuna no pasaba el tren.

domingo, 20 de junio de 2010

TODO SE APRENDE DEL FRACASO

Consideré fundamental una lectura de esta entrevista a David Bowie, el músico con quien me identifico en absoluto por su madura reflexión, pero más açun por su ininterrumpida remasterización

“Todo se aprende del fracaso”
El real sentido del éxito y la esencia emocional de su trabajo, eran las inquietudes que rondaban a David Bowie durante su segunda y última visita a Chile.
Por Marisol García (Extravaganza!, noviembre 1997)
—Se ha vuelto casi un cliché hablar de David Bowie como un artista “experimental y arriesgado”. Desde ese punto de vista, ¿cuál es tu relación con el error? ¿Tratas de evitarlo o lo consideras parte de tu búsqueda creativa?
—He llegado a entender que no hay nada que aprender del éxito. Pienso que todo se aprende del fracaso. Así es que, bueno, me equivoco lo más posible.

—Y, entonces, ¿qué te sugiere la palabra éxito?
—El verdadero éxito viene cuando yo alcanzo una cierta plenitud en la composición e interpretación de un trabajo. Cuando un trabajo es, para mí, artísticamente vibrante siento que he alcanzado ese tipo de éxito que me parece el único por el cual vale la pena luchar. Cualquier éxito material es algo secundario o, supongo, una especie de bono de reconocimiento. El real éxito es artístico y espiritual.

—¿Pensabas lo mismo en tus inicios?
—Parece que éstas son ideas que me han preocupado siempre. Supongo que ahora me doy más cuenta porque, al envejecer, desarrollas una mayor perspectiva sobre tu vida. Pero para mí es bastante evidente que siempre he estado en búsqueda. Soy una suerte de born-again Christian o algo así (ríe). Y siento una fuerte afinidad hacia la idea de una vida espiritual. Pero personificar esa vida espiritual es algo que siempre me ha evadido.

—No eres una persona religiosa, por lo tanto.
—No me gusta usar la palabra religión que, para mí, es parte de una codificación de ideas. Es un concepto demasiado político. No me siento cómodo con la idea de contener la vida espiritual en un cuerpo político, sino por la búsqueda individual del hombre de su propio espíritu.

—Aquí te va otro cliché: ése que dice que eres un artista “futurista”. Imagino que el presente te interesa mucho más.
—Yo no me veo como ningún tipo futurista. Me veo, ojalá, como un artista contemporáneo, y espero que lo que compongo represente el zeitgeist en que vivo. No trato de anticiparme a nada. Sólo reflejar acuciosamente mi época.

—Los críticos se extienden largamente detallando las innovaciones técnicas que contienen tus últimos discos. ¿No sientes que a veces olvidan hablar de ti mismo, y de lo que todas estas innovaciones pueden decir sobre tu persona?
—Es un asunto muy complejo determinar cuánto de la vida personal uno está poniendo en la música. Estoy de acuerdo contigo: la complejidad de la crítica hacia la música tecno e industrial ya se ha vuelto casi bizarra. Me interesa que nuestra música no sea estrictamente tecnológica. Somos una banda muy orgánica, y pienso que la combinación de instrumentos con tecnología produce una especie particular de música que no se presta tan fácilmente para un análisis solamente técnico. A nuestra manera, estamos en un terreno incierto. No cabemos dentro del terreno dance, pero tampoco dentro de un terreno estricto de rock: estamos en algún lugar al medio.

—Pero creo que tu música nunca ha dejado de ser profundamente emocional, hay en ella una cierta lectura espiritual, ¿no?
—Claro. Y es probablemente un error confundir las necesidades técnicas de hacer música y el estilo, con el contenido. El contenido es la prioridad del porqué compongo mi música. Utilizo el estilo y los atributos técnicos como un armazón, dentro del cual pongo lo que sea quiero decir. Entonces, el estilo no me inquieta: es un medio para un fin. Y el fin es mi escritura íntima; lo que yo siento.

—¿Cómo caben las letras dentro de ese “armazón”?
—Las letras son sólo parte de lo que se trata mi música. Son meramente otro color. El vocabulario y las palabras dejan tanto sin decir. Rara vez explican cómo uno se siente. Al final, lo que digo es una combinación de estilo, letras y música. Todos esos elementos son los conductores, y el contenido es el pequeño pasajero que se sienta encima (ríe).

—Es una declaración muy trasparente, pero tus letras no suelen serlo. Más bien tiendes a los versos oscuros y existencialistas.
—[Piensa] Me encantaría escribir sobre lo seguro que me siento en sociedad, pero parece que tiendo a escribir desde una posición aislada, es cierto. Muchas letras fluyen desde mi conciencia, y uno no puede tener mayor control sobre las necesidades internas. Me considero una persona positiva, pero parece que mi escritura refleja los aspectos más oscuros o negativos de mi psiquis. Y perdón por eso, no puedo hacer nada al respecto, jajaja.

—Tú, que has optado por trabajar inteligentemente dentro del género pop, ¿no crees que a los auditores actualmente se les subestima?
—Sí, creo que generalmente son considerados en el nivel más bajo. Y creo que la responsabilidad del artista es componer a su propio nivel de comprensión para, luego, presumir que existe una audiencia para lo que hace.

—¿Y cuál es tu posición como auditor? ¿Cuáles son los discos que te provoca comprar, por ejemplo?
—La mayoría de la música que escucho y compro es de artistas desafiantes. Es el tipo de trabajo que me estimula como artista y como simple auditor. Pienso que nunca estoy feliz cuando me siento cómodo creando música. Debo sentirme incómodo, sentir que estoy en una zona que no controlo. Es en esa situación que la música resulta mejor. Cuando he estado fuera de mi norma es cuando han surgido mis cosas más interesantes.

—¿Te interesan más, por lo tanto, las márgenes que lo masivo?
—Siempre. Resisto lo más posible la tiranía del mainstream. En la mayoría de las artes que me interesan, prefiero buscar en la periferia: en la pintura, el cine, el teatro, la música. Es fuera de la sociedad convencional que encuentro la real esencia de la creatividad innovadora y excitante. La audiencia que yo tengo, suele ser gente que siente esto mismo.

—En esta gira has estado interpretando algunos covers, específicamente de The Velvet Underground. ¿Por qué?
—Para mí, las primeras canciones de Lou Reed redefinieron al rock. Cuando las escuché, en los años 60, sentí que la literatura moderna comenzaba a ser una fuerza nueva dentro de la música rock.

—Fueron letras muy escandalosas en su tiempo.
—Claro, pero no creo que las canciones que traten sobre lo negativo necesariamente lleven a la audiencia a hacerse cómplice de esa negatividad. Si hay música que por necesidad es nihilista, no tiene por qué sumergir al auditor en ese nihilismo. Las letras de Lou Reed no me hicieron convertirme en un heroinómano ni rendirme a la vida. Me hicieron cuestionarme cómo esas canciones podían escribirse en una sociedad supuestamente funcional. Por eso, un público inteligente tomará esas ideas como una provocación para cuestionamientos más profundos.

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FELIZ DIA DEL PADRE

El derecho a tener nauseas no es algo por lo que lucho. Es más, lo deploro, pero si puede ayudar en algo a la industria de la perfumería, me agrego….igualmente al grueso de sociópatas, resentidos, equivocados, rencorosos, impotentes, desanimados y replegados de la urbe.
Yo escucho sus razones y comprendo sus sentimientos con la seguridad. No los condeno, ni perdono, ni proporciono la razón que pueda brindarles como una ayudita de mis amigos, sino les respeto convencido de la inoportunidad de la razón según la circunstancia sensorial de cada elemento múltiple, como decido llamar al individuo.
Solamente la multiplicidad elemental de nosotros puede concordar con la defectuosidad y aleatoridad de los caminos que nos involucran en problemas.
Cómo negar haber estado borracho por una callejuela en San Martín de Porres, tras equívocamente mirar el poto de un rosquete. Cómo negar haber rodado por la pendiente del deseo con la mujer de un imbécil que alquilaba a su mujer, saqueándola al tiempo que la sacaba con sus dos hijos a pasear a un centro comercial lleno de cines y vendedores de palomitas de matiz, como le dicen los gringos.
Cómo no haberme sentido incómodo y sorprendido con la bondad de la gente, y considerarme ajeno a lo que muchos llaman felicidad por la simple tontería de no haber nacido con el formato de Lego.
Definitivamente nadie tiene el derecho e arruinarme la existencia, y aunque ame mucho a quien lo hace, que se vaya con toda su humanidad a la misma mierda, aunque me muera de pena de su hundimiento y decir, pues, que eres tu o yo.. al final.

viernes, 18 de junio de 2010

NI ROBERTO CARLOS

Y aquí vamos.

Adous Huxley muy bien escribió en su novela Contrapunto, “elijo a mis enemigos por su inteligencia, a mis conocidos por lo que tienen y a mis amigos… simplemente por su aspecto”. Aplaudo la idea pues solo así se justifica la misteriosa empatía ente amigos de verdad, cuyo voluntariado se da a ser en los menos deseosos conflictos del vivir.
Es el caso de Pepe Cruzate, Aldo Valladares y un amigo de Vicky Bocangel, que sin dudarlo asumieron la militancia en esa desigual guerra contra la muerte en la que estuvo la señora madre.
Ellos, amigos míos, pero mucho más de mi hermano Martín, acudieron al fragor de esa lucha de insomnios, sobresaltos y nervios pelados, con sinceridad inmediata y asombrosa desarmando todas mis ideas y dejando en ridículo a mis desconfianzas precavidas.
Que decir de Noris la nurse bajada del cielo hecha en si una aparición en medio del optopus de la muerte que lamía día a día los flancos menos fuertes de mi madre lacerándonos no solo en su bios, sino en su mente con la angustia, desesperación y desdicha.
En la lluvia tóxica del diario, Noris aparcó nuevamente en nuestras vidas, esta vez de enfermera que dio toda su artillería desde su posición en la Unidad se Cuidados Intensivos, para impedir lo inevitable.
Katy Durán, ella si, mucho más cerca, fue parte de la cadena de amigos que como los de arriba, dio su cuota de sangre para embestir al monstruo que no cesaba de morder ante la languidecencia de mi madre diciendo si a la primera, y lo dijo si porque Malú, que ya había dado bastante a su suegra, la mamá de Tataje, no se conformó foneó a la Kathy.
Kathy se hizo huracán enconmendándome ahora tantas preguntas de cual es el origen de ese potente corazón.
Arturo. Que decir de el, presente, con su lugar ahí, casi autoritario en el fondo, hermano en la virtud y los defectos estuvo, y Yohve, amigo a la primera, víctima de mis bromas y colega de Dios en oficio y gratitud, de mis bromas y colega de Dios vino con el viento que trajo a María del Pilar, una tormenta pinkfloyana, Renzo, estrenando escritorio y vuelos, Robert, amigo blindado de siempre, y todos los que estuvieron allí, también asomaron al abismo para detenerme por si, a lo mejor, de esas antiganas, la misma que tienen los que hacen péndulo entre el no retorno y la impotencia.
Por que si, estuve impotente, maldito, hereje desafiando como Ulises al que le dio a ella el destino trágico que no mereció en mi simple y furiosa comprensión.
Norma hizo todo lo que pudo, lo mejor que pudo, y la levantó a Elsa en sus más espantosos momentos de agonía, le cambió los pañales y enfrentó el amor a una suegra madre como solo lo haría una hija agradecida.
Cada quien en su turno, Nieta se ganó el titularato de la resistencia que como rodrigón hizo el porsiacaso a un derrumbe en las dos jornadas de vigilia, y vino su hermano Tomy, gran tipo, mas aun sin pelo, con su mujer, la Yoyo. Destilando solidaridad Coco, quien más allá de la ética y el deber, siempre sugirió la calma y así brindó en este amargo momento por los otros momentos vividos y por venir.
La muerte de mi madre vino, claro, con reapariciones de sujetos memorables y extraños, Juan Colchón Celada, Enrique, el dr Lorbais, embajadores de Santander, la calle de las pocas chicas, aunque si de una bien linda con lentes de psicologa, y de condenados no se que, pero a algo, a propósito de las decaidas ramas de los árboles asfixiados, cuyo perfime inspiraba nuestras viejas madrugadas.
Las ricitos que se pusieron al frente, sonrientes, como siempre, y en un lugar aparte, y no por negro, el “negro” Aldo Valladares, que esta vez no se que penitencia estçe cumpliendo –son tantas en su vida- que se puso la camiseta de Anibal, o Ulises, para dominar la batahola que nos acorralaba en un dolor matizado por sonrisas circunstanciales.
A todos ustedes, gracias por haberme mostrado que no estaba en lo cierto, pero también por darme la oportunidad de equivocarme, reafirmando mi desatino perpetuo y que por algo recordamos a ese que decía ¡Cosa mas grande la vida!

martes, 15 de junio de 2010

PEPE EN VENTA

La nebulosa espiral genésica de mi vida se ha esfumado inútilmente retrayéndose mi creencia a niveles mínimos, si es que no exagero. Tras la muerte de mi madre ha venido la implosión que implica entre otras cosas desarticular los resortes que mantenían viva mi CREENCIA.
No es por eso raro que mi vacío llegó a tal extremo que hasta deseé con todas mis escasas fuerzas tener un auto blonito de parlantes bulliciosos para ir por la carretera sur al mar.
Claro, en mi sueño no estaba el peaje, ni el cuidarme de los delincuentes, ni el gasto en gasolina, petróleo mas el rtemanente de etanol.
MI antiguo universo no tenía singularidad en su obediencia a las leyes generales. pues si me iba no era un desertor y si entraba tampoco era un incluido.
Hoy camino como si hubiera adelantado mi venta, premonicion de Arthur Rimbaud cuando se da de saldo en Iluminaciones "¡En venta lo que los judíos no vendieron, lo que ni nobleza ni crimen han degustado, lo que ignoran el amor maldito y la probidad infernal de las masas: lo que ni el tiempo ni la ciencia han de conocer".

viernes, 4 de junio de 2010

BYE BYE MAMA


Siderúrgico, embustero, clímático me siento.
La noche quedó atrás, dice el famoso libro, y no se si es la noche o del devil pleno de su escandalosa agonía que saltó a una profundidad aun mas oscura. Lo que si se es que ella se fue, murió mi madre hoy jueves a las 7.25 de la noche, con oportuna antesala de miércoles, y el clima es como si nada hubiese pasado, asi de ingrato, como en la Peste de Camus Dr., o son las capas de acero que nos ha ido engrosando en los tormentosos días pasados. Pasaban Habacilar, o esa cosa de la TV, y la vida borboteaba en su insignificancia !que contraste con el desplome contenido en merecidas o inmerecidas incomprensiones. Veerstehen, !ja! ¿podemos ser tan presumnidos de creer en la comprensión? Si, lo somos, por que la vida es sueño, un sueño fantástico manador de Lenones & Mc Cartneys, Klees y Dorian Greys retorcidos, que no se animan a lo Vallejo a encebollar en una letanía perpetua los días de la vida. Compelidos a buscar la vida en la belleza, me es imposible objetivarme a lo que soy, arrastrado como por un embudo antigravitario a mi condición de hijo. Si, algo bueno debía haber. Se rompió la ley de la gravedad.
Noche triste, dice la canción que nunca salió, noche triste en la avenida, y la muerte es como aquel tipo en sombra meando junto a un poste, y lo es por que de las almas no hay nada sino su rastro en la memoria.

Hoy no creo en nada

Disculpenme todos.. o tan solo son las capas de acero.

jueves, 29 de abril de 2010

Celia



Todos tienen un pasaje oscuro y no es aquella triste entelequia difundida por los perjudicados de sus tíos. Decir que el homosexualismo es la zona dark de muchos desde luego que se trata de una falacia general en una desdibujada nación impersonalizada.
Los pasajes oscuros son infinitamente más diversos e imaginativos que esos, y claro que mucho más inquietantes. ¿Cuántos de ustedes alguna vez ha sentido un sentimiento homicida? ¿Cuántos a lo mejor no se atrevieron a rendir tributo sino hundir al que podía opacarles? ¿O es que a lo mejor dejó a su instinto abrirse paso a la sombra de quienes le creimos hasta ahora un buen tipo? Recuerdo a Colchón que me traicionó por que la Támora de Gaby le encegueció con su anguloso posterior tan parado que podían sostener un baso
¿Es posible que usted haya realizado una irreparable traición a alguien… o a lo mejor a sí mismo sin que hasta ahora nadie hasta ahora lo percate y que hasta en los recordatorios fraternales lo disimule cantando al unísono una melodía de Sui Generis?
¿Es posible el cambio?, me pregunto.
¿Cuántos de ustedes sigue escapándose con la misma sudorosidad en la frente a los abismos que de muchachos considerábamos la casa de Mr Trenneman?
¡Benditos sus oscuros instintos tributarios a la simpatía por el mal a la que se refería Mick Jagger y bendita su hipocresía pues como diría Shakespeare en Ricardo III “de que vale el honor si con este no se puede hacer nada sino perderlo todo a diferencia de un simple sándwich de una frankfurter bien crocante de Metro! Que puede restarnos el hambre.
Pero la oscuridad suele ser vencida por el bien, y todo este prolegómeno cual corazón delator viene a mi circunstancia recordando a una muchacha dócil y callada a quien solíamos llamar Celia.
La muchacha estaba abandonada una noche en Don Bosco Park. Estaba confundida, mejor dicho, abandonada. Serían las once de la noche, una hora antes del cumpleaños de… cuando viéndola desamparada recibió la oferta de techo y un pan con mantequilla sin saber que ella era el bocadillo de obsequio para el cumpleañero.
Luego fue de tumbo en punto y su vagina se colectivizó democráticamente en todas las esquivas siendo sobada, besada, olida y penetrada por los mejores exponentes de nuestra pléyade barrial.
Tenía pocos vellos en donde podría un día haber reinado su pudor, y no se quejaba.
Esa tarde la llevaron al departamento ese de paredes despintadas y piso de cemento. Estaban todos, tu también, y al yan-que-pó la rifaban. Serían unos diez, ¿te acuerdas del reto pepsi? ¿De tus operaciones táctico-labiales con las que ella debía de reconocer la textura y porte del pene correspondiente? Lejos de tu smoking y tus rocas bailando en los whiskys de esos lobbys elegantes me acuerdo como ala recorriste propiciándola en perfecta organización del ultraje.
Pero fuiste un caballero con ella, le preguntaste “Celia, con quien primero quieres”. Y tu elegiste con quien. ¡Cómo olvidar que cuando se amancebaba sobre ti, empolvándote toda del piso de cemento, te dabas el trabajo de empujar con una mano la puerta ante la arremetida de los demás comensales resollando como caballos.
Al día siguiente todos fueron a la universidad, a casa, a la parroquia ver a sus chicas buenas, sin saber que la mayoría, -porque no- ya calculaba el idiota con quien quedarse en sus vidas. ¿Fuiste tú uno de ellos?
Tus polvorines no respetaron huacas, escaleras ni esquinas. Fue cerca al jardín de Wenbdi Pinto donde uno te cogió, otra vez frente a la casa esa, y fue un griego el polvo, y tambiñen visitaste la casa de puertas abiertas, y un tuerto no se abstuvo, como tampoco Frank ni el Choby, ¡imagínense que aun no llegaba el sida!
Pensamos todos que Celia estaba siendo la gran perdedora de aquella tardea tarde. Colectivizando nuestro crimen no lo sentimos, como tampoco ahora, y sin duda pensaríamos que del todo nos había olvidado.
La encontré a sus 38 años en una tienda Topy Top. Dijo algo terrible de ti, terrible, que le confesaste una tarde. Igualmente me lo dijo susurrando. Le que no obstante, nunca pudo entender es ¿Por qué finalmente le tenías que prometer matrimonio?
Se que no solo eso te pasó, sino que hubiste que exorcizar por otros cosas que nunca hiciste y, te juro que jamás podía haberme imaginado que eras hija de Rolando Camayteri, como te apellidabas, aquel jefe Asháninka que volvió del infierno buscándote jurando venganza contra todos nosotros a golpe de chamanerías, brebajes y rudas que me dijiste que servían, como esa del Don Bosco que, ¿te acuerdas? Me aseguraste que podía matar a un hombre en 15 minutos.
Celia, cómo te dolió saber que infectaste al tuerto, ¡veinte años más tarde! Me dijiste que ellos te dieron placer, y que tú disfrutaste más que ellos. Si, no lo dijiste, terminaste ofreciéndote con tu cabello rubio Shwarkops. Tu joven hijo tiene 16 años. No te preocupes,. Jamás diré que es el hijo de…
Solo te comento algo para que le digas a tu crío. Su padre es un hombre bueno, feliz, formal y cortés. Ah, Celiam cumplo con informar tu número celular. 994569734.

martes, 2 de febrero de 2010

DAVOS JA, JA, JA!

Andy Robinson
Corresponsal volante


< inicio > De "Up in the air" a un futuro mejor
En Davos, es el status, estúpido
Andy Robinson 02/02/2010 - 23:57 horas
Davos es un microcosmos. Y, al igual que en el mundo fuertemente jerarquizado por renta, patrimonio y status en el que vivimos, uno nunca sabe si debería estar agradecido de estar allí contemplando la ida y venida de súper VIPs como George Soros, Bill Gates, Sergey Brin, o, al contrario, indignado.Porque, si en vez de la acreditación color marrón de reporting press -prensa meramente reportera- uno tuviera la acreditación azul celeste de media leader -líder de medios- uno no estaría con la cabeza inclinada y el teléfono pegado disimuladamente a la otra oreja, tratando de escuchar las conversaciones de los superprivilegiados, sino estaría hablando de igual a igual con ellos.Yo vi por ejemplo, el siguiente encuentro en al cafeteria de Davos. "¡Hi Maria! ¡How are yoooo!", dijo Jean Claude Trichet antes de dar dos besos a una María Bartiromo, la presentadora de CNBC que enamoró a Joey Ramone antes de que éste optase por suicidarse. Y Bartiromo, con su acreditación color azul de media leader triple X, charló con el banquero central durante al menos 10 minutos con gestos apasionados y susurros al oído sin que yo - en el otro lado de la barra con la cabeza inclinadísima - lograse entender de qué hablaban. El año pasado cuando yo, con mi acreditación color marrón , intenté hablar con Trichet, me respondió en ingles perfecto con su acento Frances. "¡Si soy el gobernador del Banco Central Europeo; no puedo hablar con los medios de comunicación!". Y, por mucho que las sesiones sobre "social skills" y sicología de gestión, -que siempre las hay en Davos-, enfaticen la importancia de hacer el primer contacto con el nuevo socio mirándole a los ojos , el primer contacto en Davos es siempre de ojos a tarjeta de acreditación. Un media leader -que puede entrar en todas las sesiones por el simple hecho de que su medio haya pagado 40.000 francos suizos al Foro Económico Mundial-, jamás va a mirarle igual a los ojos a un compañero una vez que ha visto que éste solo tiene una tarjeta marrón de prensa meramente reportera colgada del cuello. Pero, cuando te entra un ataque de nervios o un complejo de inferioridad , no tardas nada en controlarte. Porque siempre hay uno peor que tú. Y aunque yo tenía la acreditación color marrón podría haber siod aun peor. Algunos periodistas tenían tarjetas de acreditación en las que el nombre estaba subrayada con una franja negra como si un censor con rotulador permanente hubiese intervenido en el ultimo momento para añadir un estigma más.Así funciona Davos y así funciona el mundo, poblado de gente y países sometidos a la jerarquía férrea sin posibilidad de subir de categoría -ni los irlandeses lo consiguieron- pero infinitamente agradecidos de que - a diferencia de otros- no han caído aun más bajo. Y, cuando los reporteros meramente reporteros entramos en la galería por encima de la sala Congress (no nos dejaron entrar abajo pese a que estuviera medio vacío) para ver a José Luis Rodríguez Zapatero, Giorgios Papandreu y Valdis Zatlers de Letonia, compartir un panel, vigilados todos por el mismismo Trichet, me di cuenta de que está pasando lo mismo en la periferia de la zona euro que en la periferia de Davos. Tienes a países que son media leaders como Alemania y Francia que jamás participarían en una conferencia como a la de Zapatero y Papandreu. Luego tienes a lideres de países meramente periféricos como España, Grecia , Irlanda o Portugal. Grecia, es más, ya muestra la temida señal negra. Y Letonia ni tiene acreditación, como aquel corresponsal de un diario español hace unos años que tuvo que cubrir la cumbre desde la habitación de su hotel porque se negaron a darle acreditación.Para mi el gran mérito de Zapatero en Davos era a que no mirase la acreditación de Papandreu y Zatlers y -al ver que su color era algo mas sucio aún que el de la suya- optar por excluirse del panel. Otros sí habían aprendido el método Davos; el presidente de Polonia se ausentó del debate con los mediterraneos debido al mal tiempo (¡en los alpes!) y el primer ministro belga Yves Leterme fue un "no show". (Bélgica , por cierto tiene mas deuda pública que España). Los media leaders y otros españoles con acreditación de alto standing tanto en Davos como en Madrid se mofaron de Zapatero por cometer el error de comparecer con un político meramente griego. Pero, yo con mi acreditación marrón de prensa meramente reportera, valoré el gesto de solidaridad al compañero mediterráneo. Como dijo Papandreu "esta es una crisis no solo de Grecia sino de toda la zona euro". En la franja periférica, sometida a los ataques de los especuladores porque en Atenas se empeñan en comer albóndigas con perejil, berenjenas rebozadas y retsina en vez de Burger King, somos todos portadores de la acreditación color marrón feo. Hay un rayo de esperanza para la solidaridad en Davos: me consta que aquel pobre periodista que llegó a Davos sin acreditación salió del apuro gracias al compañerismo de sus colegas de otros medios que le pasaron por teléfono la información sobre lo que pasaba dentro.

domingo, 10 de enero de 2010

LA VERDAD DE LAS VERDADES Y BAYLY

Anoche Jayme Bayly y Pepe Barba tenían un común denominador, se mostraron como jugadores de todo o nada, por que seguramente no tienen mucho que perder o por que hace tiempo sienten la necesidad de grandeza, algo que desconocen los políticos y periodistas peruanos.
Y jugaron black jack con todo, y mostraron las cartas, y hasta se llevaron a una bruja lectora de pallares. Un un poco la vida es eso, jugar, apostar, atreverse, ir más allá.
Pero fuera de eso, Jaime Bayly buscó enfurecer a Mario Vargas Llosa, demostrarle que puede hacerlo mejor, a su estilo, con más sinceridad, sin miedo al olor a axila del populacho peruano, y todo por que el escritor lo ha botado de su club, un hecho que tropicaliza y condena seriamente a Bayly. Exiliado de la constelación literaria mundial, Bayly, disimula su bronca y ahoralucha por su espacio en la historia pues parece que en el fondo no gusta que no le tomen en serio.
En el Perú casi nadie toma en serio a nadie.
El ninguneo de Vargas Llosa a este fenómeno sexual y literario que es Jaime Bayly -no seamos mezquinos, escribe mejor que un montón de intelectuales envidiosos- debe haberlo mortificado mucho pues contra todo lo que parezca, Bayly me resulta emotivo, vulnerable y valiente, aunque desde luego, muy degenerado, como suele suceder en el mundo del arte, algo que al final lo descalifica.
Pepe ha estado o está muy enfermo, pero como dijo hace tiempo, se encuentra espiritualmente intacto. Hace tiempo el debería ser la conciencia nacional por la claridad de su pensamiento, mcomo no de madrugada, cuando se nutre de Tácito, y escribe sus ocurrencias en papelitos.
Mientras la Unión Europea no puede abandonar su rostro serio, y en Londres critican la eleccion de España como presidenta, en Latinoamérica la vida es broma aunque, como en Bayly y en Pepe, seguramente la procesión va por dentro.
No se que hace Ghersi c0n Bayly, pues a decir verdad no es muy simpático el gordito atirantado, aunque si sorprende positivamente la utopía que propone: cambiar el régimen de servidumbre minera en un esquema gringo, en el cual el propietario lo es incluso del subsuelo -¿recuerdan la película Gigante con James Dean?- de donde tendríamos a nuevos multimillonarios quechuablantes sobre las actuales concesiones mineras.
Pero la verdad es que Bayly no se acerca ni lejanamente al Vargas Llosa de sus demonios matsigengas, pero so si, es menos travesti político.
Mi teoria es que Bayly solo busca algo: que le tomen en serio, y para eso está dispuesto a engañarnos a todos con que se lanzará a la presidencia de la república.
En todo caso, esto no lo exime de grandeza, sino lo encumbra, pues su candidatura real o imaginaria, presionará a los políticos a decir la verdad, a disimular los subsidios de los Brescia o del Grupo Romero a los candidatillos de siempre, lo que de seguro, de pasar -como las elecciones parlamentarias- sería eso motivo mas que suficiente para tomarlo en serio a Bayly, y para superar en esto al brillante Mario Vargas Llosa quien blandiendo las palabras divinamente, para ser sinceros, fracasó diciendo la verdad.

martes, 5 de enero de 2010

UN HONOR






Me dijeron en el Ukukus bar de Cusco que no era posible tanta injusticia, pero yo les dije que no era una injusticia: me premiaron por algunas observaciones plasmadas en mi artículo sobre la Interoceánica. Parace que gustó. La premiación fue en un hotel A1, el Swiss Hotel, para más señas. Un lugar ok en el concurso de periodismo de Odebrecht me hacía merecedor de un homenaje.



Tremenda sorpresa cuando al llegar a la cita me encuentro con el COE de Odebrecht, Marcelino Odebrecht y su séquito, entre ellos, el vicepresidente de la petroquimica Brasken, el de arriba de Conduit Capital Partnert, venidito de New York. Muy gentiles ellos de acudir a la cita que fue el chismódromo de lo alto.



La empresa Odebrecht festejabas sus 30 años en el Perú -bisagra de la salida de Brasil a China le dije al de Brasken-. Bueno, algo asi, estuvo el mismísimo presidente del Perú, Alan García, ministros, y todo a puerta cerrada.



Me honro compartir este evento, un masaje al ego, nada que negar.