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viernes, 21 de noviembre de 2008

LA CREENCIA

La performance es sencilla. Se necesita conectar nuevamente con uno mismo y seguir hacia arriba, es decir, seguir el camino de lo normal. Extrañas razones de la vida me han llevado a una anormalidad tan normal. En todo caso, no es necesario dar demasiadas explicaciones, aunque mandar en este momento este tema, es tal vez un intento de no llevar dolor a quienes importo, esto si, sin dejar de considerar una cortesía la desganada atención que les merezco en el plano creativo e innovador.
No ha sido bueno recalar en las orinadas calles del centro, cuando yo amo los colores bonitos, los perfumes Dior y las emociones bellas. Es por eso que busco el verde, la luz, la transparencia. Si supieran lo que es experimentar el olor a la madera de los árboles húmedos después de la lluvia, o el ver andar de la gente de todos lados en sus mundos, o escribir emancipado de ataduras, horas, cosas así, al sonar de la lluvia que corre por el empedrado de Cusco, sabiendo que lo que uno hace es combustible para los que amamos, si lo supieran las cosas serían diferentes.
La cuestión es hasta cuando uno va a dejar de vivir, esa es la pregunta, o es la vida una cárcel en la que el tema es la renuncia a lo que uno desea. No creo. Tal vez sea el momento de ser radical, pero esto implica al mismo tiempo tomar la vida con una seriedad mucho mas completa que la de los últimos tiempos.
Las respuestas a la injuria, por ejemplo, me vi con un amigo en la tarde y fue tan diferente la respuesta a los ataques, que entendí la ausencia completa de comprensión de tantos, cosa que solo configura una soledad más perfecta e inesquiva que pesa, tanto, pero tanto, que es casi un signo de buscar el camino nuevamente.
Escribo, entonces, por que no hay otra cosa en este momento más importante que hacer que esto. Por que para mi esto es lo importante, lo más importante, sin dejar de anotar que las bolsas de valores también lo son, así como la tinta, el papel y el sueño que cada pone en sus cosas.
Cómo dar combustible al sueño, me pregunto, ¿Es correcto este camino? Me parece que no. Lo que si agrego es acabar con los fantasmas, con las trabas, con los desánimos, es el verdadero imperativo, y abrir la ventana, y dejar entrar la luz, aunque sea con un poco de frío.
Se que todo esto es un poco críptico, pero asumo las consecuencias, esta vez no me importa que me entiendan, ni mucho menos las interpretaciones absurdas, solamente me pongo de acuerdo conmigo mismo, y doy mi verdad a todos los que quieran saberla, por que no hay menos en lo que uno hace, frente a lo que obra el que iza una bandera. Si, claro, me dirán que la vida es mucho de lo otro, y seguramente tendrán razón, pero la verdadera recompensa, más allá del dinero es la satisfacción espiritual, sin la cual no hay nada que justifique estar pisoteando todo el tiempo lo único que se tiene en la vida, la creencia.

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