Vistas de página en total

viernes, 24 de diciembre de 2010

MEJOR SIN ELLAS

Normalmente los fines de semana su consultorio dental se volvía cantina. Estaba medio vencido, triste. Pero a la vez muy feliz de verme. Así parecía al tercer cuba libre. Hasta hacía minutos, por el contrario, yo andaba muy feliz. Acababa de llegar de viaje de Cusco. Fue un vuelo muy suave pese a que antes hubo tormenta.
Camino a la reunión tomé un taxi a quien le pagué lo que quería. En el camino escuché con placer algunos temas de los enanos verdes, realmente buenos. Iba con los brazos laxos y la satisfacción de haberme portado últimamente como un buen sujeto.
Tenía todas las intenciones de que aquella sea una magnífica Navidad.
Los cuatro camaradas que caímos en "el consultorio" reímos, bebimos, destapamos ideas inesperadas. El consultorio es algo sucio. Bueno, está instalado en un lugar sucio. El doctor ha puesto una máquina de gimnasio en la sala de espera. hace tiempo no echa cera al parqué. Tampoco lo barre con frecuencia. En la mesa hay revistas viejas, amarillentas, con restos de sudor humano, muy viejas. Vanidades, Somos, esas cosas inleíbles. Todo lo que hay allí es basura, excepto una National Geographic que años antes me la robó y recién me daba cuenta al vberla en su consultorio.
Poníamos a prueba nuestros reflejos para encajar cada ocurrencia con una réplica igual o más ingeniosa y divertida. George fue con una camisa fosforescente.
Siempre fuimos exigentes en la joda. Así es La Victoria. Picante.
Cuando se desviaban a ciertas oquedades -para nadie la vida es fácil- busque el valor en cada uno y vimos las cosas en perspectiva.
No busqué que salga el lado vencido que llevaban dentro. El negro estaba algo angustiado. Pero estaba entre señores. el debía ser un señor. Pero lo arruinó todo en el último instante.
Me pidió dinero. Luego se arrepintió. Sabía que yo sabía que la angustia lo llevaría finalmente en busca de droga. Era madrugada.
El crápula, que estaba medio tonto recordando las cosas que vivimos, buscaba el lado divertido, pero también los aspectos mediocres de todos. y fue cuando le dije que ninguno como él había llegado a ser un personaje literario por las cosas que le pasaban de inequívoco color novelesco. Es que el crápula es muy defectuoso y buen amigo.
Creo que estuve un poco grande. Y ese es un problema. Quieres solamente estar con gente de tu misma altitud. Me incomoda enanizar a la gente que no debe ser enana. Y mis amigos estaban algo enanos. Y si no, así se expresaban.
Cada quien llevaba algo de vencido pero a eso yo le puse el sello de trituradores de las trampas de la vida y haber llegado a un ahora del cual, con dinero o no, debían sentirse orgullosos como capitanes de su propia vida. Yo los respeto tanto.
Pero estaba tan positivo y desguarnecido que tuve la tonta idea de decirle a ella lo que pensaba hacer.
No esperaba que yo viaje de regreso a Cusco el 28. No creyó que era por trabajo.
Pensó que iba por "otros asuntos". Nadie le quitó la idea. Con esa mente ya está hace tiempo. No le faltan razones, desde luego. Pero la sinrazón esta vez es la que vence todo pronóstico. Ya estoy harto de su sinrazón. Muchas veces pienso en que solo es una molestia.
Necesito ir a Cusco por un dinero antes de que termine la actual gestión municipal. El nuevo alcalde que entre no me va a pagar los aplausos que le hice para que se luzca a su enemigo saliente. Me dedico últimamente a las relaciones públicas.
No lo entendió. La detesté. Me puso entre la espada y la pared. Me calumnió. Es por eso que escribo estas palabras. Ha logrado evaporar mi alegría, disminuir a la Navidad, avinagrado mis ganas de sentirme bien en casa.
Es por eso que pienso en llamar a Colchón y hablar de la innecesaribilidad de algunas mujeres a quien preferiría editarlas, es decir, sacar de ellas esos aspectos verdaderamente corrosivos y esterilizantes de sus vidas, cuando no prescindir totalmente de ellas.
Anoche mi último pensamiento fue: la condición ideal del hombre es la soledad. Aunque ver los ojos e mi hija y sentir como va creciendo el chico, cómo va mirando la vida, su despertar sexual, sus preguntas y la admiración de mi hijo a su padre me hace sentir el lado hermoso de existir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario