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viernes, 17 de diciembre de 2010

EL CAZAFORTUNA

Tuve temor de que eso sucediera, era un sueño solamente, pero sangraba el punto básico. Recordé toda la noche a los seres queridos mientras el coche declinaba entre montañas verdes hacia el fondo en el nacimiento de la Amazonía.
Un derrumbe era retirado por la Doosan naranja. Una chica con cara de sapo pidió bajar y como estaba en la puerta tuve que cederle el paso. Ya estaba un poco malhumorado.
La noche anterior, a decir de Vargas Llosa, ernanicé a un enano con bastantes mañas para burlarse de mi. Mal intento, realmente el suyo. Le dejé claro que estaba en un error. Pienso que si se enojó conmigo, sabía que de mi depen´día su robo, digo... negocio. Le hice saber que sabía todo de el. Sobre todo de su ambición por el dinero. Finalmente se portó bien. Lo eduqué. ¿O pudo más su ambición de no pelearse conmigo y perder el negocio? Tal vez eso.
Estuve hace un rato en la piscina chapoteando. Dije !niños de mierda! a los que me interrumpían mi charla al teléfono. Me gustan poco los niños. Fui sincero solamente. Me agrada la gente adulta, definida, imperfecta o perfecta, pero eso si, completa, incluso en sus defectos, aquellos que no se pueden volver a entornillar, aunque no me dan una llamémosle utilidad, pueden ser lo mejores.
Leyendo El Viaje del Celta der Vargas Llosa, lamenté lo de Conan Doyle, tan gran escritor, pero tan asustadizo. Traicionó a su amigo de siempre. ¿O pasó lo contrario? A veces se dan casos coimo ese en el que estábamos cinco en el auto y solo estaba a bordo una muchacha. Picchioti sela tiraba a menudo. Pero el dijo !que asco, tenía una cicatriz en la barriga! Me pareció cruel. La muchacha enamorada estaba a su lado. Se sentía su enamorada. El estaba harto. No precisamente deseaba socializarla, pero subió al auto por que esperábamos a sus amigas. Sentí cierta angustia de la muchacha. Ni festejé las burlas que le hacían. Tal vez debí haberme reído. Siempre lo hacía. Pero ocurre que por alguna razón habíamos conversado algo antes, quizás lo suficiente para saber que era una buena muchacha. O tal vez no.
Recibí una cartya de Gran Gretaña, fue hace un rato. Anoche hablamos de Assang con mi amigo suizo, y dije que estaba harto de la peruanidad. Mi amigo va a enjuiciar a un juez que le vendió el departamento inclompleto. Tomamos una copa de escocés. Me dijo qnue al mi subida de la selva le lleve mangos. Mi ex amiga Milagros me llamó de su escritorio. Dicen que fue de casualidad. Teme perder el trabajo, teme caer al llano y no ganar los miles de soles que ha invertido en su auto. Puede ser que en unos meses haga taxi.
Repito, viajé toda la noche y llegué al municipio más rico de todo el país. Voy pot este como quien anda en su casa. La oficina del alcalde derrocha espacio hasta unas ventanas que llenan absolutamente el espacio. Eso permite ver unas verdes montañas y la piscina hermosa. Puedo entender esa rara circunstancia. Me gusta mucho ese ambiente. Un lugar pobre que se ha vuelto rica y donde merodean todos los cazafortunas de afuera y de la zona es muy atrayente. ¿Soy un cazafortuna o anpo por casualidad por alli? No hay duda que hay una cuestión previa. Si esa zona se convirtió de pobre en rica fue por algo, y tal vez ese algo y no su opulencia sea la que me atrae a ella y no otra cosa.
Otra cosa he observado, el dinero, me refiero a los billetes. Recién impresos huelen tanto que pueden inundar todo un cuarto. Es mejor meterlo en una bolsa y cerrarla o llevarlo al banco. Pienso que los gases que emitren son tan profundos que podrían matar a un tipo si queda encerrado una noche en una bóveda de banco.
En esta zona todos quieren dinero fácil. Lo difícil es evitarlo.

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