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martes, 5 de abril de 2011

LA MUERTE DE PERU POSIBLE, UN PEDAZO DE MUGRE EN LA HISTORIA

Nunca perdonaré la contaminación juvenil a la que expuso el nuevamente candidato a la presidencia, Alejandro Toledo, una muestra clara de la decadencia prematura de los postgradistas que en base a carteles dudosamente calificados han tomado hace algunos años el país. La combinación de estos y los oenegetas de izquierda pero que beben con dinero de la derecha, tuvieron un pequeño pero definitivo final.
Eran los últimos años del fujimorato, cuando regresé a la universidad a terminar un par de cursos de sociología, cuando encontré en las aulas a una pléyade de profesores importados de la universidad Católica, quienes de ser anteriormente marxistas terminales, de pronto los vi impartiendo lecciones del sociólogo alemán, Karl Manheim y del antes innombrable derechista, José Ortega y Gasset. Ambos se referían a dos temas: el cambio generacional y La Revolución de las Masas, como titulaba una serie de ensallos del español.
No cabe duda que estos cursos fueron diseñados en un laboratorio social, y queestaban orientados a lavar la mente de esos chicos jóvenes y prácticos, para que se sumen a la “revolución” de las ONG contra el régimen de Fujimori. La revuelta de los 4 Suyos.
Las ONG izquierdistas y revolucionarias emparentadas con estos maestros de izquierda, eran -y que cosa más extraña- financiadas por la fundación Ford, u otras empresas de corte capitalista.
¿Por qué tanto se empeñaban en financiar a grupos de izquierda? Por que Fujimori estaba atentando con sus intereses. Es decir, si Fujimori aplastaba al terrorismo, como lo estaba haciendo, las minas y otros activos del país empezarían a costar mucho más pues, como bien se sabe, a más terrorismo, menos costaba una concesión en el país. No hay que olvidar que Fujimori y Montesinos estaban cada vez más cerca de Moscú y de Hugo Chávez, pues fue ese gobierno el que le dio alojamiento a los rebeldes venezolanos ligados a Chávez, que después de la intentona golpista vivieron muchos meses en Huampaní.
Estos intereses enormes necesitaban sacar al chino, que desde luego hacía tiempo que se portaba mal, aunque hay que ver por que, para poner a un pedazo de mugre maleable que funcione como ventana étnica: se llamaba Alejandro Toledo. Un gusanillo fiel a ciertos intereses, incapaz de reconocer a su hija, quien como quedó claro fue financiado por el especulador George Soros.
Toledo entró al poder y encarceló a Fujimori con plena ayuda del departamento de Estado. No discutiré este tema. Lo que si me sorprende es que este anófeles que nunca hizo nada, excepto apearse a los grupos de izquierda, financiados por el capitalismo, se la creyó haber salvado a la democracia cuando en realidad fue Estados unidos y sus ONG quienes hicieron todo. Peropor que contaminar a los jóvenes para lanzarlos como carne de cañón en contra de una dictadura peligrosa. Por qué. Si yo fuera padre de esos chicos que iban a la universidad nunca les perdonaría. Querían usar el mismo método de los terroristas de Sendero Luminoso para ensuciar y desgraciar a los chicos que iban a estudiar. Arrearlos como ganado hacia la muerte. Ya entirndo por que Toledo y sus adláteres liberaron a tantos terroristas. Círculo perfectio. Más terrorismo, más barata la inversión. Y/o, un gobierno blando como el de Toledo, más fácil manipularlo y alejarlo de Moscú y Chávez (que no me gusta este último).
Y no solamente eso, después de que Toledo gobernó con piloto automático pues e levantaba de sus resacas a las 11 de la mañana, se ha atrevido a volver a postular con dinero del tipo que le robó la novia a su hijo y que traicionó a su mejor amigo para quedarse con todo: Raulito Díaz.
Pero lo que he visto en la Plaza Túpac Amaru de Cusco son las mismas administraciones de la mentira, pero sin Estados Unidos. Un gasto de miles en un mitin postizo, donde como zánganos que pueden ser atraídos por feromonas, los peruposibilistas tataron de atraer e los jóvenes contratando a grupos de rock llamados I like Ston, o Scan, nombres ligados a las drogas. Bonita forma de atraer a las mocedades cusqueñas. El mensaje de Toledo era racista, contra PPK y contra Humala. El decía que si era cholo y los otros no. Decía haber venido a Cusco por que no podía ser que el gas de Camisea cueste más en Cusco que en Lima, cuando el fue quien permirtió y fomentó esto.
El mitin fue un fracaso, nadie coreaba a la flatulencia que trataba de levantar el ánimo a las pocas masas que helándose de frío fueron abandonando el escenario después de escuchar las ricas notas de Scan y I Like (o Black) Ston, y desde luego, los campesinos de Pisac que si estuvieron en el llano, tocaron sus pututus, pero no queda duda, a sueldo, pues de primera mano yo se que el partido de Toledo pidió a sus candidatos al Congreso un aporte de 15 mil soles, cada uno, para llenar la plaza en este cierre provinciano de campaña.
Mientras arengaban los ordinarios de la chakana, los jóvenes se reían sin disimulo diciendo que votarían por PPK, mientras que la desesperacióan era evidente en una organización toledista que lo planeó todo, menos que la ola de frío y el aporte postizo del argumento chakanita jamás iría a pegar en una generación cada día menos tonta, adoctrinada a diario por las autopistas virtuales, el internet, indiferente, globalizada, que –y en eso si tuvo tino la asesoría toledista- que canta rock en quechua o inglés, y que cultiva esta indiferencia, una forma de frialdad que hace mucho bien a un país donde el sentimentalismo permitió su aprovechamiento por parte de estulticias humanas como este gaznápiro de axilas afeitadas que desembozadamente se rendía de borracho a manadas de rameras el two star en hoteluchos vigidados por cafichos. Alejandro Toledo, el pedazo de mugre que fue coleccionado por su alocada esposa, la señora Karp, otra caza bricheros que lo envolvió sin darse cuenta que ella misma estaría más tarde presa de la ambición y la ceguera. Salud por la muerte de Perú Posible. Salud por el final del pedazo de mugre.

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