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domingo, 23 de octubre de 2011

XFV NEUTCOTMESCONIBLETZ

El error 99 es aquel sonsiderado indeterminado, que la computadora de la cámara Canon 30 D que no sabe por que se produce. Justamente este error figuró en mi panel y fue cuando comenzó el proceso más extraño de los últimos tiempos que me llevaron a la conclusión de que la verdadera virtud es ser un tipo defectuoso, una paradoja que debo aceptar a contrapelo y sin miedos.
Debía de viajar el lunes y no disponía de tiempo para muchas cosas, entre otras, para reparar mi cámara con la que debía hacer muchas fotografías en un trabajo en los confines del país. Fui a casa de un amigo fotógrafo a pedir ayuda. Él estaba un poco disconforme de que me meta en sus fueros y ganara plata haciendo lo mismo que él: fotos, bueno, además de escribir noticias, editar, diseñar… Me había vuelto un pulpo pues la plata no daba con un solo oficio y lo peor es que cada vez lo hacía mejor.
Es que la verdad es que últimamente han aparecido demasiados fotógrafos. Pero como buen amigo y bromista, mi amigo pasó por alto que tras convertirme en fotógrafo prescinda cada vez más de sus servicios e igualmente me indicó que conocía un tipo que era muy bueno arreglando cámaras de periodistas. Me guió hasta el lugar donde era su taller, donde de paso llevó sus reflectores para una reparación, pues pronto tenía que hacer fotos para propaganda de un banco.
Cuando llegué al taller, a dos cuadras del jirón de la Unión, me llamó la atención que quedara en una galería en desuso, o digamos una que alguna vez fue un centro de tiendas de lujo, pero que fue abandonada para reemplazar sus antiguos restaurantes de categoría y sus tiendas de moda, por sex shops con escaparates semivacíos que debían llenar con las cajas vacías al costado de su contenido de penes de silicona, vaginas artificiales, cansones sexis, cuando no por centros de venta de materiales de uso odontológico y alguna que otra cachivachería.
En el segundo piso estaba su taller. Aparentemente el técnico había salido a almorzar, pero me gustó mucho que contestara el teléfono celular y esté dispuesto a seguir trabajando en mi cámara porque dijo a mi amigo que estaba en un restaurante cercano.
En efecto, allí estaba con un plato de pollo frito y arroz a la jardinera. Su aspecto era limpio, algo atlético, y de modales correctos.
Nos sentamos a almorzar y el sin pérdida de tiempo pidió la cámara para ver que tenía. Era un problema que seguramente él había visto mil veces y me aseguró con aplomo su pronta solución.
Una vez tuve un problema con una cámara en Alemania y la debieron de mandar de Freiburg a Hamburgo, para devolverla a los 10 días.
Mientras almorzábamos tuve la idea de comentar que las mujeres eran unas molestosas con quienes el diálogo si no era imposible implicaba mucho sacrificio, salvo que uno esté enamorado de una de ellas.
El intervino con el mismo aplomo con el que se refería a lo que tenía mi cámara Canon.
-Hay que saber escucharlas.
Me di cuenta que el tipo era alguien que no tenía mis problemas. Pero prosiguió.
-Cualquier problema se puede hablar. No se puede tirar el plato al piso ni estallar en gritos. No.
Acto siguiente me propuse contrarestar esto diciendo que el tiempo, el trabajo, la necesidad de expandirse uno en sus propios prados, sueños o emociones, a veces alejaba a uno de las obligaciones familiares.
Para que dije eso. Me interrumpió con esto.
-Para mi no hay nada que pueda impedir conectarse los domingos completamente con la familia. Mi domingo es de ellos. Y me divierto con mis hijos todo el tiempo. Salimos, vamos a comer, hablamos de la vida, somos felices. Yo tengo el orgullo de estar casado desde 1994 con Dora y hasta hora pienso que estamos bien. La separación es un acto de madurez y el suicidio un fracaso que no podemos permitirnos de ninguna manera.
Pensé que el tipo estaba completamente en desacuerdo con todas mis ideas, pero por si acaso, optó por no contradecirlo porque a lo mejor, por cada cosa que le diga a un hombre dogmático como parecía ser, me podría cobrar más por reparar mi cámara, o en todo caso tomar una represalia, cuando ya no había decidido hacer, desde el punto de vista que ya me había presentado como un tipo defectuoso que solo sabe pelear con las esposas.
Pero en verdad escucharlo hablar del hombre, la familia y el cómo así se pueden solucionar los problemas que para mí eran imposibles de resolver me convencí que el tipo era un mago de los laberintos.
Cuando entramos a su oficina, por cierto bastante desordenada, tenía miles de piezas de cámara a medio armar. A mi amigo le impresionó sobre esa mesa verde encontrar un electroimán de forma circular atestado de tornillos minúsculos y perfectamente alineados hacia adentro y la cabeza afuera como si se tratara de un raro arácnido del mañana. No podía figurarme cómo así podía armar y desarmar cada una de estas piezas. Entonces me convencí de que era un sujeto de algún culto.
-¿A lo mejor haz ido a escuelas de padres?
Por supuesto, y allí me he encontrado con todo tipo de parejas y personas. Mujeres que se quieren suicidar por que se separaron, parejas que se odian, otras que se aman, infieles arrepentidos. De todo.
Cuando terminó sentí respeto por un tipo que pensaba decididamente distinto a mi, pero que sostenía sus ideas con cierta determinación que explicaba una vida metódica, algo buda, zen, o por que no, cristiana en alguna variación fundamental, quizás esenia.
No quise ahondar y me quedé convencido de que era un tipo forjado pro la vida y encaminado a diferencia mío en la virtud, la comprensión y la buena voluntad.
-Son doscientos soles, el problema es que se ha roto esta parte –me señaló- y no hay contacto. La desarmaré.
-Querrás un adelanto- insisto.
-Sí.
-Cuanto- Pregunté.
Me imaginé que diría un veinticinco por ciento a lo mucho.
Y comenzaron las contradicciones. Me pidió el cien por ciento.
Cosa rara, le di. No podía dudar de él. Además me lo había recomendado un amigo que, ahora que lo pienso, tenía fama de ser un desastre.
-Estará lista mañana a las 2.00 PM. Pero mejor llámame porque no vaya a pasar algo.
Era viernes, mi amigo me llamó diciendo si estaba listo, y le informé que estaba tan ansioso de ver mi cámara reparada que ya estaba encaminado. A la 1 y 20 min de la tarde recibo una llamada del asceta experto en ser feliz. Me pidió que le diera tiempo hasta las 6 de la tarde y que hasta me llevaría la cámara a mi casa. Cuando le llamé a las 6 de la tarde escuché su voz. Estaba completamente borracho, super borracho, quien trató de disimular su estado diciéndome.
-De todas maneras te enviaré la cámara, no desconfíes, dame treinta minutos.
Nunca me mandó la cámara, esperé por gusto, y comprendí que era un borracho terminal con doble personalidad que si arreglaba cámaras era porque él era, en cierto modo el positivo y negativo de las fotografías que solo pueden ser reconocidas en el papel.
El hombre virtuoso, intachable, incapaz de cometer una infracción, trató anárquicamente de convencerme con una llamada de que cumpliría. Pero al llamarme ya tenía el gusano del vicio en el interior, como si algo lo tomara de los testículos, lo gobernara y arrastrara, como negativo Kodak, Fuji o Cartavio, a un cuarto oscuro, donde en una atmósfera de químicos y confusas luces rojas, se daría el ineluctable pero a la vez asombroso proceso de su revelación.
No me sorprendería que más tarde se convierta en mono, o en una bestia rara muy veloz que salte de los postes y se estrelle con las paredes, las atraviese y devore niños. A lo mejor, quien sabe lo que pude haber en un tipo que arregla con tanta destreza e irresponsabilidad las cámaras de fotografía de los que sueñan algún día hacer con él la fotografía de su vida.
Cuando me entregó la cámara estaba muy raro. La probé en el espejo para captar su cara, y cosa extraña, no apareció su reflejo aunque si unas extrañas letras diciendo un raro mensaje que no estaba en la pared pero que si aparecía en el espejo: XFV NEUTCOTMESCONIBLETZ
Al darse cuenta de que lo sabía todo -no se aun que pero se dio cuenta- me explicó que esto se debía a unos factores cromáticos que no entendí pero fingí hacerlo.

1 comentario:

  1. Que bueno que volviste a ser normal y escribes de nuevo..asumo que viajaste o estar por hacerlo...que bueno por ti...me estuviste llamando...ni idea que eras tu---ya no tengo la por...q del claro...tengo movistar...oye estoy en la Bella AREQUIPA...bella de verdad..espero que no tengas nada contra los arequipeños..jajaj...limpia y huele bien....no he leido tu post....pero aprovecho para escribirte unas lineas....aqui le arda a quien le arda parezco extranjero y hablo en bilingue , ademas no he pagado entrada en varios sitios, simplemente me pngo en plan normal como tu y como todos...solo oculte mi blog y el misticismo y aqui me llovieron los artefactos...como tu les dices...cuidate y suerte....

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