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lunes, 3 de octubre de 2011

ZORAN, MICK JAGGER, MI TRASTIENDA, CHA SU MADRE, TOMEMOS DE UNA VEZ EL INFINITO

Ultimamente voy a mil por hora, cosa que a nadie que me conozca le puede sorprender. Pero... no es que esté en un estado de huida, ni que esté intencionalmente poniendo bajo la alfombra los otros sucesos más importantes que ir por ahí enamorado de escribir, hacer fotografías, editar y, finalmente, reencontrarme con los pocos que al parecer tienen alguna afición a esta trastienda de la vida.
He estado a velocidad neurológica, no, nanológica atravesando valles montañosos cubiertos de cafetales y serpientes, ignorando o masajeando el ego a un ejército de asustados y desconsiderados, adorando el quehacer, como llevando un liderazgo en mí, y no de nadie más, armonizando, disciplinando, cooptando a cada una de las pulsaciones de mis electrizados componentes hacia un lugar que no es sino yo mismo que es lo mismo que decir al infinito.
Veo mis papeles regados en el piso, mis ropas sucias, una botella de Coca Cola, que casi nunca tomo, semivacía y sin gas al lado de la cama, lo cual para un analista de esos podría indicar que estoy en el fondo mismo de una depresión, abandonado, descuidado, pero no, se equivoca el estúpido analista que necesita fumar un poco más por el poto. Es síntoma de velocidad, de que un fórmula uno no se puede detener, al menos cuando hay viento, carretera y mucha potencia.
Los pistones de mi imaginación ponen a prueba las tendencias y me la pasé seis horas en el café escribiendo, mucho, y ahora, en la mochila pienso en Zoran Kirkegaard, ¡qué filosofo el danés!, quien nació con un réculo de plata, disponía de una vida para llenarla de luminosidades y colores de quintaesencia, pero se la pasó haciendo una tomografía de la desesperación. El tipo era realista y, siendo rico como era, no debió esperar a que una editorial o universidad le financiara sus elucubraciones sobre tantas cosas, y el mismo ¡imagínense lo que costaba en el siglo XIX! mandó a imprimirlas en libros, que cosa rara, cobraron en pocos años relevancia europea, y por lo tanto, universal.
Esta noche mi amigo Alamo Day dirá al mundo que es bipolar. Lo hará en televisión. En la mañana fue entevistado por un gusano con corbata, pero sin la cara de Sinatra. Tal vez no lo entendió. Casi estoy seguro de ellos. No sé en qué lado del péndulo estará mi amigo en estos momentos. Sé que se prepara para el momento, esta noche, como un trapecista que calienta los músculos antes de saltar de una baranda a otra sin maya. Mientras tanto mi amigo Paul mira a su tremenda hija, que si me dicen que podría mover objetos con la mirada, no lo dudaría y saldría corriendo por que si la otra vez me bañó mientras dormía con mi Calvin Klein de 100 dólares y luego con sos prefumes dulzones de niñas, -yo me moría de sueño- sería capaz de ponerme de pie sobre la cúpula de la Gedäche Kirche de Berlín.
Si Mick jagger dijo que el era un fórmula uno, que no tenía tiempo para el amor, tal vez ando en las mismas, aunque no debo de negar que la potencia suave del silencio, ese que habita en ciertas miradas, puede ser la posibilidad de encontrar la variante en el camino, finalmente la misma que siempre me gana, como si en el fondo no quisiera llegar nunca al final del camino, sino mas bien, encontrar, más , más y más caminos, esos mismos que nunca los haya hecho el hombre, sino el mismo que yo mismo hago con empeño, desesperación kirkegaariana, a veces, pero inevitablemente, con una lonchera provista de destino.

1 comentario:

  1. Ey que fue ...ya se te fue la inspiracion compadre ,,,y creo que la bipolaridad te la pase...y me volvi mas estable y parejo que tu...regresa pronto pues asesino del blog...solo saliste unos minutitos y me han dicho que no res ..no me creen jajaj....cuidate brother

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