Vistas de página en total

lunes, 26 de diciembre de 2011

EL PODER DE CREER Y LOS ANFOTEROS DE NAVIDAD

Estoy sentado en el avión. Se acerca la aeromoza. Al señor delante de mi asiento le dice. “Por favor, señor, levántese, este asiento no le corresponde, lo embarcaremos en el vuelo siguiente”. Tal vez no habrá ese vuelo hasta pasada la Navidad. Hay una huelga de los aeroportuarios-. Quizás este sea el último vuelo del día. Además el clima ya es pésimo por lo cual han cancelado dos vuelos, muchos hacen colas y lo cierto es que no hay muchos aviones. La cabina estaba repleta de gente apurada. Todo es un desorden.
Tal vez yo estoy sentado por que sacaropn a alguien de su sitio. Hay dos tipos de gente en el mundo. Los que son sacados de los aviones y los que son puestos sin que tengan más derecho que su poder. A ninguno de estos se le dice Feliz Navidad con sinceridad. Se les teme.
Ha sido una mañana del carajo, y tuve que quejarme con mis contactos periodísticos para lograr que se cumpla mi deseo. Gracias a eso estoy acá sentado. Hablé para la televisión, use el odio a los extranjeros de Cusco para fustigar a los que me ofendieron y se quedaron con lo mío: una empresa extranjera. Y abominé de la empresa de vuelos dándole noticias a este medio en el mejor momento, justo el día en que no hay noticias, en el sentido de que no hay Poder Judicial, ni políticos ni nadie que abra la boca. Son las horas previas a Navidad.
Pero una vez logrado mi objetivo, hice una verónica y en vez de ir corriendo por mi boleto recuperado -le ordenaron al jefe del aeropuerto que me lo de- fui a tomar un café a 5 kilómetros, en la calle Mesínd e la Estrella. Me encontré allí con mis camaradas. Levanté los brazos en señal de triunfo. Miré la calle lluviosa por la ventana. Que el avión me espere, pensé. Alamo Day festejaba la culminación de mi propósitio y rió a cada sorbo. También era su venganza. Para mi es rutina romper convenciones. Mi riesgo a veces da frutos. Otras veces no.
Poetizo:
Veo un perro amado por un incomprendido. Segundo acto, una mujer sonriente acercándose al incomprendido. Luego: unos chicos acercándose a la despedida de sus padres. Es el estreno de la ingratitud. Veo que solo quedan dos de los cuatro Beatles. A Ringo aun transpirando felicidad. Me veo a mi mismo contestando al teléfono. Sí. Estoy escribiendo horas antes de Navidad. You never give me your money. Otra vez, Beatles, Abbey Road. Por qué en Lima hacen corte alemán a los árboles. Por qué les impides la extensión que reclaman sus ramas. Por qué impedir la hojarasca en otoño que va tan bien con el viento frío. Porque en el Perú nadie protesta.
¿Por qué nadie sabe ni mierda de derecho aeronáutico? Me pregunto. Todo peruano debe saberlo. Desde niño. Imposible imaginar porque nadie sabe lo que es un anfótero. ¿Por qué?
Yo tampoco sabía de derecho aeronáutico, pero ahora si lo sé. Tuve una lección de 10 minutos. Y me di cuenta que en el tema de aviones solo importa una cosa. El motor, que despegue, y que aterrice bien. El pasajero puede irse a la mierda y por eso, para que este no se dé cuenta de esto, se le debe de tratar con voz cortés, aunque en el fondo hostil.
Por eso estoy alegre. Porque los mandé a la mierda y me devolvieron mi asiento. Estoy satisfecho, lleno, maldito. Y vamos al fondo. ¿Pero por qué tomo lentamente el café si me dijeron que corra para que me asignen un vuelo?
Cuando uno está dispuesto a perder algo por lo cual tanto luchó, quiere decir que más vale el triunfo que el objeto, y tal vez ese es el regalo que a mí mismo me hago en esta Navidad como un “canto a mí mismo” al que se refería Withman, pues estoy feliz de haber le puesto el dedo en los ojos a la poderosa línea aérea Lan, que pese a sus razones, gentilmente agresivas, como dije no me podían devolver el dinero o reponer un vuelo, logré que tuerzan toda su fraseología de derecho aeronáutico, incluido un pacto internacional de Polonia de 1955, y logré que me devuelvan lo que para mí era justo, sin que necesariamente, repito, me asista el derecho.
¿Puede haber mejor regalo que este? ¿Sacarle un pasaje enterito, con asiento, en una mañana de huelga de los “estibadores” de Corpac, (corruptos chucha su madre), mal clima (se suspendieron dos vuelos) y devolverle sus palabras expertas y memorizadas a la misma jefa de Lan de Cusco para que su superior de Lima le ordene ponerme en el avión? ¿Es que soy tan importante o bien lo menos que quiere la empresa son periodistas o locos peligrosos desenmascarándolos? Sí, eso es.
No, no hay nada mejor. Los ataqué usando mi verborrea criminal, imparable, era una hemorragia de ideas. Ametrallé a todos lados en esa oficina de culonas de labios pintados, usando sofismas, pinturas y pasteles, pinté sus paredes con pichulas, y dije verdades mezcladas con exageracions y burlas, hice piruetas y acrobacias lingüísticas, atribuyéndome espiritualmente un derecho que si bien era un asunto de justicia, era absolutamente imposible en el marco contractual del boleto que compré, porque, en efecto, en una letra pequeñita me advertía que si perdía el boleto de ida, por tardanza, etc., también lo perdía el de vuelta.
Solo que me enteré de esto un 23 de diciembre, cuando estaba con mis mochilas jadeando, rumbo al aeropuerto, con la ilusión de llegar a tiempo a casa para pasar la Navidad con mi familia.
Entonces ya dejé de ser el man-Navidad y me hice otro ser, cactus o morsa –de los Beatles- y reaparecí, no pateando cosas, sino con un trato aplomado, lógicamente con mi abrigo a cuadros, boina y aquella suavidad en mis ademanes, como la última vez que estuve o bien en Estambul junto a Kem Malatatur ordenando el fin de la obligatoriedad del uso de la burka a las chicas de velo, o bien en la inauguración en la vieja URSS de la universidad Patricio Lumumba, o en el Báltico observando la venta de un programa llamado Promiss a la extinta zona comunista, y verme, si , otra vez, completo, impiadoso, sin ninguna posibilidad de bondad, aunque sí con una frialdad que se necesita para dar ayuda a la humanidad Volví como soy y fui y seré. Roxano Gropius.
Sí, soy Roxano Gropius. Te lo diré de forma clara. No abuses de mi buen humor, no creas que soy una víctima de mis virtudes, porque no tengo virtudes con las que me masajees mi ego. Admiro a las máquinas y cada vez menos a los hombres y menos a las mujeres que te dan el culo a cambio de tu vida. Bostezo en los supermercados cuando veo a los imbéciles con esas pesadas cargas femeninas, poniendo cara d importantes al sacar sus baratuchas tarjetas de crédito que mes a mes pagan, y ojalá tuvieran esa misma capacidad de ostentación cuando haciendo el amor con una puta le piden en voz bajita que le meta el dedo en el culo.
No. No soy el que piensa bien de usted, ni el que piensa mal. Usted no me importa demasiado, aunque algunos hechos digan que sí. Roxano Gropius no está con el derecho, ni con las convenciones. Soy el que nunca se pondrá en su sitio, pero a cambio de que nunca, por su bien, se le ocurra estar en el mío.
Amo la competencia leal, pero también manejo la desleal. Solo con los grandes. Con Lan. La verdad, no la de Perogrullo, sino la que está detrás de los códigos y diccionarios es mi patria. Soy el que manda, el que le dice, “señorita, si no se de derecho aeronáutico, usted abusa diciéndome que no puede devolverme el dinero o mi asiento”. Soy el que tiene la razón… en el fondo.
Por eso, al recordar cómo le increpé a la pobrecita mosquita muerta, ella me dijo. “De acuerdo al convenio de Varsovia de 1955 no le podemos devolver su asiento de vuelta por que usted perdió el vuelo de ida y bla bla bla”, a lo cual respondí, “no sé nada de derecho aeronáutico, usted si, lo estudió seguro por años, además el contrato de venta de boleto que usted me muestra está con una tipografía de 7 puntos cuando los diarios populares están en 9 puntos, por lo cual este no es un contrato demasiado democrático, porque todos los que compran su boleto pro internet están apurados, o son ciegos, o hablan quechua y no entienden español, porque en el Perú nadie lee y estos términos son obsoletos para esa realidad, y que pasa si soy un papito de un mundo quechua que no se español, por lo que la línea es racista, y entonces así como no se nada y soy un ignorante terminal que solo sabe tomar su taxi para llegar a tiempo al aeropuerto le pregunto señorita experta en derecho aeronáutico ¿Sabe que es un anfótero?
La mujer me miró perpleja, y aproveché ese segundo para decirle. Yo creo que usted por más buena intención que tenga,. No dispone de la potestad para devolverme el pasaje. Me dijo. Bueno, señor, llamaré a otra persona a Lima para ver si se puede hacer algo. ¿Me espera unos minutos?
Ah, nos vamos entendiendo, respondí. Luego de recuperar el boleto tuve una sensación injusta. Me dije a mi mismo, para que mierda hay esos pactos internacionales si hay en todo trampa. Hicieron doble trampa conmigo, primero me quitaron mi boleto con excusas legales irrefutables y luego me lo devolvieron con excusas aún menos justificables. Una vez que recuperé el boleto, me dijeron, vaya a nuestro counter, lo embarcaremos en el siguiente vuelo. Entonces les dije. Gracias por la ayuda, me fui a tomar un buen café, que lo bebí viendo mi imagen de cómo abominaba por televisión contra la compañía. Luego volví al counter. Todos veían que yo era el que los había insultado. Me trataron mucho mejor. Obviamente nunca quería que me estimaran.

1 comentario:

  1. Un saludo mi estimado--ESTUVE..tambien ese dia alli...y casi estallo a carcajadas cuando la dejabas con la boca abierta a todas esas tipas que comen de mi de ti y de todo pobre pasajero que tenga la desgracia de caer en el problema que tuviste y mi hermano...necesitamos mas Rossanos Gropius...y que se metan su convencion de Varsovia ya sabes donde...ah no te quepa la menor duda que el 09 me encargare de hacer mencion al cague de risa de ese 23 ....
    Pepe Rossano Gropius Calderon , que bueno que va saliendo ya en persona el asesino del blog...cada vez que quieres sacarlo en Cusco o en el fin del mundo me avisas que te acompoañare...un saludo a todos los enanos mentales de Lima...claro que ni parientes lejanos de Gropius podran ser...y claro esta de este humilde servidor..Alamoday.

    ResponderEliminar