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jueves, 12 de enero de 2012

ESCUPITAJOS

Mis amigos me han dicho por qué no publico de una vez la colección de ensayos o, como diría el periodista Emilio Bobbio, mis “escupitajos mentales” y relatos cortos. Mucho puede atribuirse a la flojera de llevar a cristal el efímero y flotante imaginario, para dejarlo, como contrapartida, en su albedrío, es decir, en su nacimiento y muerte interrumpida por las obstruccionistas frases de elogio o de desprecio que puedan llevar a que mis palabras trasciendan.
No sería muy difícil llamar la atención denominando ingeniosamente "imbéciles" a los que desde luego ignoran que son, o a lanzar mis diatribas contra feministas, homosexuales, economistas, periodistas, sacerdotes acusándolos de pederastas o pervertidos.
Tampoco podría evitar la fama comenzando a describir una anatomía del acto corrupto, el procedimiento como los aspirantes a delincuentes de cuello y corbata van eligiendo sus personas de confianza hasta el momento de pedirles que depositen la “comisión” en nombre de un vecino inrastreable “pero mejor no deposites tú sino otra persona”.
Lo que ocurre es que a muchos encanta mostrar este tipo de intimidades, ven tirarlas públicamente, y construir espejos en los que uno o el mundo pueda verse tal como es, deforme o mucho más esbelto, que es el caso de los que no quieren ver nada, bueno de los periodistas en general que nunca toca el asunto del lavado del dinero narcotraficante por parte del estado o los bancos.
Este asunto, precisamente me dijo un amigo que apuesta, bueno, que dirige una inversión de trescientos millones de dólares y que sabe bien por donde pasan los ríos del dinero, tanto en Perú como en otras partes de Latinoamérica.
Y claro, una vez le dije a un simpático periodista del The Washington Times que el Perú era una narcorepública.
Cómo no tener cosas atractivas que contar, como otro periodista norteamericno en plena selva peruana me dijo si sabía donde conseguir cocaína a las de de la noche, a lo que respondí que no lo sabía, y el comenzó a reir cómo no podía haber un gramo de blanca en el país de la coca barata. Pues le dije, así es como se esconde el negocio, pues a pesar de que la estén cocinando por toneladas, es muy difícil que puedan confiar en un periodista peruano o norteamericano que se anda bebiendo unos tragos por el camino.
Puedo como Bayly hablar de mis genitales o como Umbral decir que la poesía de Machado es dudosa o la pintura de Velásquez un afrancesamiento, o de Vargas Llosa que es un pobre monigote enclaustrado en sus demonios de niños, a quienes también debían de atribuir una cuestionable valentía.
Pero en verdad no creo ninguna es estas opiniones con las que sería muy leído. Pero ante el pedido de mis amigos, me veo forzado a ver la forma de editar algunas de mis impopulares reflexiones que sin lugar a dudas más tienen que ver con mis puntos flacos que virtudes, aunque las voy aderezando de ritmo, si se puede así llamar al fuego que a ratos aparecen en mis palabras.

1 comentario:

  1. HErmano yo soy uno de los que te pide ..te ruega que edites y lo saques a la luz..eso espero si gustas vemos la forma de financiarte...sin afan de lucro solo de darle duro a la vida ...a los indeseables...desde el de rojo...hasta ..pelusa....o malhecho o el señor quintanilla o tarde vacia...hermano la vida es una sola...yo ya me fui y nadie se ha dado cuenta..algunos pocos que se aferran al recuerdo de juan y el ya partio...esta Alamoday que si es peligrosisimo al punto que colapso la programacion de telenet...un saludo amigo del 81.

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