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miércoles, 16 de febrero de 2011

A LOS QUE VIVEN MURIENDO

Nocturnidad entrometida, bromelia, que naciste desterrada y que mendigas un espacio en la ladera, que te arañas a la cuesta y soportas la lluvia, el viento, y que no te importa o no te duele tu belleza, tu, condenada a estar colgada, y jamás a dimanar paz del florero, o a auparte en ramillete matinal para el ornamento de jardines.
Condenada, pues, a estar atrapada, desafiando a la gravedad, a la triste gravedad, a pender, ya no en la roca, sino en la fresca vida, maldita ejecución la que te toca, una noche de gala, blandir tus momentos finales sobre los senos recientes de las muchachas que terminan la escuela. Mujer que miras la lluvia por la ventana.
Orquídea enloquecida -a decir de Spinetta-, es eso la tristeza, encomendera de la nostalgia, reto preciado del nunca más.
En que momento te cazó el diablo.
Pobre, otra Proserpina en los tiempos.

Escuchad a Chopin en su incandescencia helada, verde, difusa... a la intemperie. Vamos todos a la intemperie constriñendo.
Hoy, aquí, ahora. Quizás Colchón esté en la quietud momentánea despidiéndose de sus paredes, a lo mejor esforzándose en la cocina por llegar al punto a ese cappuccino. Noche de verano, pero algo fría, poco recomendable para lanzar ese cK en la fragancia auténtica de uno.
Otros estarán viendo la televisión olvidando, pasando, mitigando la pérdida de un ser querido, y alguien puede animarse a ir a un spa romano en los extramuros de la ciudad para un reencuentro defensivo.
Imagino ir caminando por la avenida costera y que detrás de la niebla de anoche seguían trabajando las grúas puerto, la estiba, el cargar y cargar, que es el sustento de la desdicha.
Escucharé mil veces a las Nocturnas de Chopin, especialmente el Opus 9. Vaya, que culto había salido. No es así. El cau cau es rico, lo clásico es lo clásico.
Escuchad la soledad en la soledad. http://www.youtube.com/watch?v=tV5U8kVYS88&feature=related ...Chopin

Conocí un poco a Polonia, la tierra de Chopin, y hasta crucé el Oder, frente a Viadrina, atravesando el este de Alemania. Recuerdo poco antes haber estado en una montaña tapada por los abetos y la nieve. Escribí en la blanca nieve... "he recuperado la mirada perdida".
Chopin. Si, me llega al pincho el auspicio de la cultura a este desierto de paz donde veo a mi niña forrando sus cuadernos. Ella es todo mañana. En la tarde hizo unos brownis con la medida exacta y le salió algo pequeño, pero perfecto, crocante por fuera, tierno por dentro. Pura dulzura.

Ojalá todos los niños a quienes no quiero les vaya tan alegre como a esta pequeña que no canso de mirar en su inmensa pequeñez.

Veo las baldosas sucias, descuidadas, los balcones arrepentidos y las puertas de fierro blancas, las calles recien asfaltadas, y el morir reciente de quien muere tantas veces y no se atreve a lo que ya debería.
Pienso en las risas instantáneas, gruesas y de adentro, esas que contagian pero que en realidad están hechas de amargura y disimulo. Disimula papá, disimula.

Ayer ella disimulaba. La muchacha contaba que fue asaltada, cosa que no se si creer, y que leia en el internet las mil formas de comunicarse con los muertos. Lo buscaba en internet.
Debió querer mucho a ese tipo, ella casi lagrimea recordándolo. Le dispararon y "no era mi novio sino mi amigo", dijo la muy mentirosa.
Pienso en la televisión encendida, en esa caja medio dañada que solo da tres colores, azul, rosado y verde, donde todas las cabezas se ven verdes y los cuerpos rosados y los pies azules.
Pienso en la lluvia y la tristeza del dueño del bar Gypsi, que sonríe y pocos saben que su madre agoniza y que morirá en poco tiempo.
No, no es sencillo describir esta nada. Mas bien me pregunto si el calor de los hogares no son también un poco una ficción que nos protege de ese espasmo o angustia de nuestra verdadera área de triunfo. La calle. Tengo cráteres en el alma, como la luna, y son los que vieron los que llegaron a la luna. No, no fue un momento feliz. Justamente Norman Mailer describió los cañones y cráteres de la luna diciendo que parecían restos de "alguna angustia del cosmos".
Soy un tipo de calle, un sujeto que ha hecho muchas cosas, pero igualmente, esta noche escucho a Chopin, y brindo por los que todos los días viven muriendo, pero que están condenados a seguir existiendo. Un kisscurt a su nombre.

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