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viernes, 19 de agosto de 2011

LAS CHICAS QUE FUMAN Y LOS CHICOS QUE SE ALEJAN

Las chicas recorridas fuman como Golda Meir. Lanzan bocanadas y adormitan la mirada como dudando. Pero mientras miran al pequinés masculino orinan la medida exacta, botando su olor. En realidad estas dudan poco. Hacen. Hasta que se estrellan.
Las chicas poco recorridas tienen ultrasonido, es lo malo. Sobre todo cuando aman y ya tienen todo controlado. Pero estas últimas ganan por que ambicionan ser felices. Y no solo llegan a ser felices. También son famosas y todas esas cosas.
Las chicas muy seguras son ambas. Pero las recorridas tienen muchas llagas y manchan el piso donde pasan. Con sangre. Las chicas más sencillas tampoco aman la cocina. Ninguna mujer ama la cocina excepto cuando tienen ganas.
La recorrida quiere ser una madre santa, pero a veces ya es tarde. Lauren Bacal nunca fue feliz con Marlow. No, no me gustan Bergman de Casablanca, ni los Bogart demasiado vanidosos. La variedad es múltiple. Encantado de conocerme a mí mismo es suficiente.
Pero no me disgustan ninguna de estas mujeres, finalmente son mujeres. Sólo que las veo y pienso lejos, como si las guerras fueran la última justificación para no estar tan cerca de estas.
Las mujeres recorridas son infelices aun tengan una casa bonita y unos chicos, siempre quieren ser infieles. No es suficiente un idiota tranquilo y bello. Es que son relativas. Es decir, medio putas en el fondo.
Amo los sís y los nós con o sin razón. Defeco sobre los productos de la observación. Mi mejor epistemología es la mirada y la voz en modulada sinfonía. Penetra más, enfada, duele, entornilla entre el hueso y la carne. Y ese es el don del hombre, a quien se le feminiza cada vez que se acerca, más, más, y más.
Pero no hay que creer en Tirisíade. Tanto. Creer es mejor que no creer, desde luego.
La otra vez murió David Carradine. Se ahogó. Una extraña forma de masturbarse… asfixiándose con una soga atada al cuello. Se le fue la mano a Kung fu. Pero tal vez murió al conocer los más hondos secretos del onanismo.

La chica infeliz quiere ver de nuevo sus raíces... sexuales, matinales, familiares. Fuma y fuma. Desea hablar. Pero se contiene. No puede dar una caricia a su madre. No lo desea. Siempre quiso estar fuera. No estuvo en sus planes ser una chica sencilla. Pero metió la pata. La vida te lleva a ensuciar la ropa. Maldice.
No puede ser que las cosas no sean relativas. Está en aprietos, reniega, surge su furia. Es subalterna. Ataca. Yo ya me fui lejos. Caliento agua, bebo un café y desacralizo lo que antes era sagrado, por que lo bello no es lo bello por ella, sino bello por que es bello. Hermosa mi garúa de LIma.

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