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lunes, 1 de agosto de 2011

PESCADOS

Debes ir a la pescadería y tomar dos pescados.
Me preguntas ¿No sería mejor ir a pescarlos?
Y te digo que no, debes comprarlos, y no seas exagerada. Es el mundo real.
Son las doce de la noche cuando te digo que vayas a la pescadería, pero ocurre que es medio día en mi corazón.
Eres un recuerdo no de un amor, sino el frío encuentro de dos dioses que viajan por el espacio.
Qué son mil años para los dioses. Nada, absolutamente nada. Y veo que rompiste la botella, que fue una forma de tener hijos, pero aun así vas al mercado. Se te escapa el idioma de tu nuevo planeta, eres una buena mujer.
No sabía que me habías amado tanto. Ni que me escribiste tantos poemas. Ni que lo sigues haciendo. Nunca la pena fue más grande que el amor.
Intacto y sin fisuras sigo sosteniéndote para que te vayas, no sé si lo haces porque algo en ti sabe que esto es para siempre. Ni se si el fuego al que te refieres es a los deseos de estar otra vez en mí.
Creo que eres una nena linda. Y que vas a la pescadería sin dinero. Con la esperanza final de ir a pescar.

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