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martes, 7 de febrero de 2012

Animals Please Don't let me be Misunderstood.

Resulta que me he metido en un lío. Debo de ganar, para lo cual es clave saber empezar. Y no se si esto es el principio o el final. El problema es que tengo varios enemigos para eso. La ubicación de estos ya es todo un trabajo, sobre todo si no hay el tiempo necesario. Uno nace y muere. Es obvio. Dame tu dinero y no te hagas el héroe. Huyo. Me persiguen. He entrenado, mi físico me ayuda. Pero estoy cansado. Acá no hay botes de basura donde esconderse como en Estados Unidos. Tomo camino a Gamarra. me dirijo al puterío. Me venden un antibiótico en la puerta. sonríe Humareda. Se que me dibujará y me venderá. He robado un banco y matadio a dos. Admiro por eso a Karl Lagerfeld. No se hizo problemas. Obvió todo lo considerado importante del día, y sintetizó. Es decir, si la moda sigue siendo un asunto de élites, su necesidad de decir algo fue más que su propio qwuehacer, y sin renunciar a su estilo, bajó a los sótanos menos epidérmicos de las comunicaciones, donde comienzan los enlaces, tropismos, necesidades del hombre a auparse en torno a alguna inquietud espiritual y material, y lo hizo. Sacó una extraña edición del diario que él mismo editó, no puso ninguno de esos hechos considerados por todos interesantes, importantes, inesquivables. Puso otras cosas. Pero algo más, se aseguró de que el proceso creativo de ese periodismo no solo absorbiera las fuentes de la realidad, que es de donde saca sus tendencias, sino que él mismo acudió al metro de Paris para hacer, y nuevamente él mismo, su distribución. N fue a distribuir diarios de verde, como es el uniforme de los distribuidores de diarios, sino en su riguroso traje, corbata y gafas negras, y desde luego, su impecable camisa blanca. Si pocos se han dado cuenta de cómo este hombre de 73 años integra lo desintegrado de este mundo en el que nadie quiere dar la mano a alguien y el mismo planeta donde el ayudado a veces se comporta como un desconsiderado miserable, podemos entender, pues, algo de lo que dice la moda. De hecho es un quehacer infinitamente más elevado que el arte de la cocina. Por eso es que pienso. ¿Los medios están integrados a la realidad? Me encantó cuando estuve en Berlín y al entrar a la redacción de Die Tage Zeitung, el editos me dijo. Tensmos muchas ventanas porque tenemos la idea central de que la realidad debe entrar potentemente de todos lados. Por eso somos diarios. Fue entonces que comprendí que ganar implica ir siempre a la velocidad de la realidad, y la realidad marca la pauta, y uno al desafiarla sucede ese misterioso fenómeno que se llama. Ganar. Vuelvo al Perú y no despierto. Humareda no ha muerto. Entro al banco para probar suerte. Veinte años han pasado. Quién se acordará de mi. Veo en la oficina principal una muestra de pintura. Corre el vino blanco y los perfumes caros. siento ganas de vomitar. No es por los perfumes. recuerdo el burdel donde pagué a la puta un polvo de dos días. Ahora lo recuerdo al pintor enloquecido. Y me veo entre colores verdes espantosos, atravesado por luminosidades naranjas, atravesado de un helam celeste, retratado. La muestra de Humareda es el acontcimiento artístico del año. Robé el banco e hice una nueva vida en Haway... pero el muy maldito banco compró mi alma.

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