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miércoles, 29 de febrero de 2012

CRAPULA/ CAPITULO VII / NUNCA LIBERES AL MIONSTRUO, PUS ENTONCES SERÁ TU AMO

Moro en una ciudad, en la cutre Lima. Es húmeda pero no mojada: eso ya dice bastante. Vivo en ella, pero no por ella. Como ya dije no soy un tipo adecuado. Aunque tal vez el adecuado para decir sinceramente "No soy bueno". Pero a la vez lo soy. Esto quiere decir que también soy adecuado y que soy bueno. ¿Para qué? Es la pregunta. Análisis. Hago muchas cosas. Entre otras: existo. La palabra existir está fuera de moda, pero yo la uso porque nada en ella contradice el hecho de tener apetencias. Esto es una señal de vida. Las personas deben ser clasificadas por sus apetencias antes que por sus logros. Quien apetece más, está más vivo. Lima apetece de todo. Apetece de baile, apetece de juego, apetece de bromear, apetece de no estar triste, apetece a la mujer del otro, apetece ser libre, apetece trabajar poco para divertirse todo el tiempo. Por eso Lima es una ciudad llena y poco aburrida debido a que nadie sabe qué cosa es lo importante aparte de la economía. Todos apetecen algo. Pero es una ciudad como otras que se ha escapado como fuera de rumbo. Me doy cuenta de esto al ver que los parques ya no son para el amor y donde la gente que lee es la que menos sabe de lo que ocurre. Los hombres cultos deben de ser de izquierda, asociativos entre ellos, pero envidiosos a la vez. Solo ellos son los cultos. Un pobre diablo el que lee a solas a Tito Andrónico de Sakespeare. Un infeliz si se sumerge en el Fausto y se asusta con la alegoría de “Las Madres”. En Lima los diarios son muy malos y apestosos. Huelen a sudor, a canchita frita de dos días, a mujer con mucha leche en las tetas. En algunos de ellos sus periodistas se cambian calzoncillo a la semana, y se nota cuando se agachan en la Prefectura y dejan mostrar parte de la raya del culo. Esta es una ciudad enferma llena de desconfiados donde las posiciones se llevan muy, pero muy dentro y por eso es peligroso chupar con cualquier desconocido. Aquí solo se pueden ver trazos desconectados: condiciones, síntomas y casi imperceptibles contrastes. Definir un contraste, exagerarlo no es solo osado: es brillante. A muchos les gusta la situación. A mí no. Yo soy anormal. Por eso no tengo plata, y eso que no soy intelectual. Y ya estoy acostumbrado a estar desacostumbrado. El hecho de morir no es un hecho tan extraordinario. Lo verdaderamente increíble es vivir. Esto es, pasar de las cosas duras a las blandas y luego a la vanidad. Tengo un aparato digestivo: vive y existe pero no forma parte de mi idea. Yo existo. Pero ¿mecánicamente?, ¿Idealmente? Paradójicamente sí. Sí que. Un gato no se hace esas preguntas. Existe Solo se de mi algo. No mucho. Que puedo vender mucho de mí. Es que esa es la condición para el ascenso. Así comienzan los jefes de cualquier organización. Existir es como una explosión donde un torrente de partículas se desplaza sin pena ni gloria en todos los sentidos hasta generar una luz centellante a la que se acude cuando se teme. Tal vez esta es la luz interior que todos anhelamos. Es el pleno donde a veces nos perdemos y al no reconocerlo podemos confundirlo con la muerte. He visto los diarios. No más me impactan las fotografías de tipos inertes en un charco de sangre con la mirada perdida. Hoy en día más me aterrorizan las páginas femeninas donde aparecen titulares como "consejos para mantenerse joven" "El apio prolonga la vida" "cuidado con el SIDA" o bien la página institucional donde se anuncia "campaña de solidaridad en favor de los cancerosos" o bien un aviso como ese que dijo "Este domingo por América Televisión Teleamor". La puta de tu madre. Yo no quiero surgir ni mucho menos hacer un viaje a las estrellas. No deseo ayudar a nadie ni que nadie me ayude. Ando medio aflojado, es cierto, pero no es tan fácil descarrilar un proceso. En medio de un absoluto desconcierto suelo hacer descubrimientos raros. Por ejemplo he descubierto que la unificación de mis partículas tiene poca duración. ¿Será el signo de una fe tremenda o una consecuencia de la masturbación? La misión que me persigue no pretendo aceptar. Sepa usted: Necesito plata. Antes todos los padres se esmeraban por mejorar, y no solo eso, creen estar mejorando. Ahora vivimos con la duda y sin poder hacer nada por mejorar las cosas. En el mejor de los casos reconstruimos carreteras destrozadas. El océano huela. No. Son las plantas de harina de pescado. Se nota una juventud televisiva y achatarrada que no asimila nada y sin ganas. Veo a Lima y recuerdo la obra de unos artistas: un pollo a la brasa gigantesco en medio de la plaza San Martí. Me figuro gente, mucha gente, a pesar de todo, va caminando. Cómo a las 10 de la noche los ambulantes arrastran sus carretillas sujetadas con rodajes pequeños reciclados de los autos. Rodajes de acero atravesados por maderos. Veo a un travesti. Muy cerca le sigue la cara de un estudiante que se muerde los labios. Se meten en el hotel Manu Ulloa. Manuel Ulloa ha volvió otra vez más. Tenía fama de degenerado sexual. Era un prícipe del mal. U magnate demoniaco y brillante. Un tipo necesario. Miraba con respeto a su presidente, que era como Ali Babá. No robaba, solo decía ábrete sésamo. Ullloa sin embargo despreciaba todo lo demás. A sus colegas del Parlamento miraba con desdén. Por ejemplo a Valentín Paniagua miraba como un pinga loca, o como una rata que llegaba a tomar las migas después de que los humanos comieran. De hecho Paniagua a quien ven como un santo no lo era. Sé que un periodista del diario El Sol lo entrevistó una vez. Había pedido la entrevista. A Paniagua el demócrata no le gustaron las preguntas del periodista. Le preguntó de los robos y del nepotismo del partido Acción Popular. Paniagua se quejó y el mismo reescribió las respuestas y eliminó algunas preguntas incómodas donde lo ridiculizaba. Cuando Ulloa era primer ministro en el gobierno de Telahúnde, hacía acabado de comprar una línea aérea. Dicen que era el dueño de toallas higienicas Mimosa. Solía recibir las llamadas de los magnates mundiales. Se casó con una millonaria española. Su hija, que era la enamorada del príncipe Felipe, futuro rey de España, dijo que “el millonario peruano” la alocó y la volvió drogadicta. Dijo que su madre consumía mucha coca y que hasta ella, siendo una adolecente le debía ir a buscar cocaína. Recordó que Ulloa la trajo a vivir al Perú y que cuando su madre estaba muy mal el primer ministro se metía con varias putas al cuarto y se tomaba con ellas fotos desnudo. Atrevimiento es la meta de muchos. Ulloa tenía pasaporte peruano. Era un tipo atrevido. He visto conveniente dejar el ejercicio reflexivo. No ayuda. No da dinero. Por otro lado esto hacer me suele depositar en niveles los inferiores de mi consciencia. Me deprimo. Solo se que cada quien lleva un monstruo oculto en casa. Ulloa tuvo mucho éxito en la vida. Dice que empezó hacía siglos cuando comenzó su abuelo a traer chinos de esclavos. Tal vez al liberar a sus instintos liberó al monstruo que lo domina.

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